Borussia Dortmund
Poca fiesta
La fiesta estuvo en el Camp Nou. Cántico de «Els Segadors» por el Orfeó Catalá y el público, y disparo de arcabuces. La celebración se retrasó para el Bernabéu. Los dos goles del Hércules valían de alivio para los madridistas. El empate de Mallorca quedaba minimizado. El festejo madrileño se demoró hasta el segundo tiempo. En el primero, los once camachitos de Osasuna, sin necesidad de grandes esfuerzos, mantuvieron el empate.
El Madrid fue despedido al llegar el descanso con pitos del público. No había gustado. Los refuerzos no habían mejorado el juego de la temporada anterior. Cristiano Ronaldo se sintió molesto porque no recibía balones para sus carreras, Benzema estaba simplemente voluntarioso e Higuaín malbarató la mejor ocasión para batir a Ricardo. El Madrid se pasó medio partido sin chispa. Le sigue faltando quien dirija. Kedhira es buen jugador, pero su labor se parece demasiado a la de Xabi Alonso.
Guardiola se equivocó al no alinear a los mejores contra el Hércules y lo pagó. Los cambios fueron tardíos. Mourinho contó con los teóricos titularísimos y le costó ganar. La bronca del descanso surtió efecto porque el equipo salió a jugar con otra velocidad. Al contragolpe marcó Carvalho. Al contragolpe creó las mejores ocasiones de gol. De nuevo Higuaín desaprovechó un mano a mano con Ricardo. La victoria se vio muy factible desde el comienzo porque Osasuna se defendió bien y apenas inquietó en ataque a pesar de los esfuerzos de Aranda. El triunfo no satisfizo plenamente porque no estuvo acompañado del buen fútbol que el público aguarda desde hace varios años en el Bernabéu.
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