Crisis económica
La traca
La sección más leída de la revista del Frente Popular «La Traca» se titulaba: «¿Qué haría usted con la gente de sotana?». Las originales respuestas inspiraron la quema de conventos o las corridas de sacerdotes. Burgueses y banqueros eran el otro objetivo de «La Traca», que los retrataba con chistera, puro y bolsas de dinero. Ahora que Cáritas revela que hay diez millones de pobres, Alfredo Pérez Rubalcaba –que alguna culpa tendrá en todo esto– ha señalado que los bancos son responsables de los desahucios. Tras él, el ministro de Trabajo ha propuesto subir los impuestos a los ejecutivos bancarios. La maniobra para desviar la frustración callejera contra el Gobierno es tan tosca que resulta obscena. Motivos hay, porque la última encuesta del CIS señala que el 85 por 100 de los españoles cree que la corrupción está extendida y señala a la clase política como uno de los principales problemas nacionales. Pero en lugar de fortalecer la democracia de partidos contra el clamor de la calle, Alfredo prefiere ganar las elecciones. Convencer a la gente de que un grano no hace granero exige enmiendas y un cambio en el poder. Es más rápido señalar un enemigo y ponerse como ariete. Con tal de menguar las posibilidades de Rajoy, Pérez Rubalcaba está dispuesto a sembrar el odio. Como el leitmotiv «¡qué viene la derecha!» ya no funciona, el vicepresidente se ha puesto a pintar banqueros con sacas llenas de pasta pisoteando los derechos de los pobres. Para publicitar su sátira no necesita una revista porque ya tiene a los «indignados». La maniobra es de Traca.
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