Cataluña

Flexibilidad negociada por Josep Maria Rañé

La Razón
La RazónLa Razón

La patronal Foment y los sindicatos CC OO y UGT firmarán el día 28 el acuerdo interconfederal de Catalunya (AIC), si nada se tuerce. Será la tercera vez –la primera fue en los años 90 y la segunda en 2004– en que los agentes sociales y económicos catalanes marcan el camino de por dónde deben discurrir las relaciones laborales, no sólo en Catalunya sino en toda España. En la década de los 90 innovaron creando el Tribunal Laboral de Catalunya (TLC). Asumiendo su responsabilidad y autonomía y sin la intervención de la autoridad laboral acordaron construir lo que es un exitoso modelo de solución extrajudicial de conflictos y de mejora de las relaciones laborales.

La propuesta actual, como la de 2004, tiene como objetivo ofrecer una forma negociada y para la negociación colectiva de cómo dotar a las empresas catalanas de la capacidad de adaptarse a los cambios que se necesitan. Ahora para salir de la crisis y antes para gestionar el crecimiento. De nuevo, desde la responsabilidad y la autonomía, los agentes sociales catalanes parten de lo que ya hay, para solucionar los problemas que hoy, sin esperar del gobierno nuevos cambios legislativos. Aplican de forma negociada las potencialidades de unas reformas laborales que criticaron, unos por excesivas y otros por insuficientes, porque las soluciones no pueden esperan.

Pero, sobre todo, el AIC es otro gran avance en el cambio de la cultura laboral. La flexibilidad deja de ser una amenaza unilateral para pasar a ser la forma negociada, y por tanto equilibrada, de cómo adaptarse a los cambios que se han de seguir produciendo en las empresas. ¡A ver si cunde el ejemplo!