Sudáfrica

La fatiga le pasa factura al Príncipe

Don Felipe asistió ayer a la segunda jornada de regatas con un parche en el cuello que combate la sobrecarga muscular

Mientras su padre competía con su barco de vela, Leonor y Sofía se iban de excursión con su madre y su abuela al museo del vidrio de Palma.
Mientras su padre competía con su barco de vela, Leonor y Sofía se iban de excursión con su madre y su abuela al museo del vidrio de Palma.larazon

Era el primer reportaje semi oficial del veraneo. Las Infantas Sofía y Leonor abandonaban el palacio de Marivent y llegaban al puerto Náutico de Palma, de la mano de la Princesa de Asturias, para recibir a su padre con todos los honores, una vez finalizada la competición de la Copa del Rey de Vela. Es uno de los momentos más esperados del estío, pero en esta ocasión, la delgadez de Doña Letizia o los graciosos gestos de las niñas no fueron los únicos protagonistas de la jornada. La silueta del Príncipe obligó a forzar al máximo el zoom de las cámaras en cuanto los fotógrafos se percataron del detalle: un misterioso parche que el futuro monarca lucía en el lateral del cuello.

¿Batalla contra la nicotina?, ¿problemas de insomnio?, ¿ansiedad? La única pista: un logo que sólo reconocen los expertos deportivos, el de la marca Phiten, una empresa de tecnología avanzada, hasta ahora popular por reformular titanio para darle forma de brazalete o colgante. Su finalidad es mejorar el rendimiento físico, acelerar la recuperación natural del cuerpo frente a las molestias musculares o las agujetas y producir un ligero efecto relajante muscular que previene la incidencia de lesiones.

¿Ha disminuido la resistencia física del Príncipe tras los meses de doblete de agenda, sustituyendo el Rey en numerosos actos públicos?, ¿se los regalarían en Sudáfrica cuando acompañó a la selección? Esta parece ser la opción más probable si tenemos en cuenta que Carles Puyol fue uno de los pioneros a la hora de colgarse titanio procesado alrededor del cuello, luciendo el collar Rakuwa –uno de los modelos emblema de Phiten– en distintas ocasiones.

¿Habrá sido este amuleto más efectivo aún que el famoso collar de Sara Carbonero, al que ya se atribuyen propiedades mágicas? Podría ser, de hecho, el tenista Lleyton Hewitt mejoró su puesto en las listas mundiales cuando comenzó a utilizarlo. La mejor publicidad, sin duda, para un producto que desde entonces vende alrededor de 25.000 unidades al mes y que a España llegó en el año 2006, con el golfista Sergio García como padrino de lujo. Esa misma temporada, el deportista ganó la mayoría de los torneos en los que participó.


¿Ciencia o sugestión?
Néstor Serra, director de Producto de los Gimnasios DIR, asegura que «no hay evidencia científica alguna de que este tipo de productos, del tipo de las pulseras magnéticas o imantadas, incrementen la eficacia deportiva», pero lo que es cierto es que el método Phiten está basado en una proeza tecnológica del quiropráctico japonés Yoshihiro Hirata, que en el año 1983 dio con la fórmula capaz de procesar el titanio para utilizarlo en el tratamiento de sus pacientes. Casi 30 años después, este tratamiento se ha convertido en una corporación internacional valorada en más de 250 millones de dólares y presente en los cinco continentes. La fórmula es un secreto que sólo comparten tres personas en el mundo, y permite elaborar una solución de titanio que, una vez sometida a una determinada carga eléctrica puede ser aplicada sobre cualquier material, actuando sobre las corrientes bioeléctricas del cuerpo. El resultado es un catálogo de más de 500 productos, desde lociones para masaje hasta parches. Estos últimos, utilizados por el Príncipe, van impregnados con titanio carbonizado a través de la tecnología Phild Process, que estabiliza el flujo de la corriente bioeléctrica, son resistentes al agua y deben retirarse cada dos o tres días. ¿Su misión? Combatir las agujetas del entrenamiento previo y relajar la musculatura de la zona, probablemente resentida a causa de cargar demasiado a las Infantas.


De visita con la abuela
Y mientras su padre competía con su barco de vela, Leonor y Sofía se iban de excursión con su madre y su abuela al museo del vidrio de Palma. Tal como aparecieron el martes, las dos niñas hicieron las delicias de los ciudadanos con los que se cruzaban. Divertida y risueña, Leonor no dudó en acercarse a acariciar, a su salida del recinto, al perro de uno de los vecinos. Mientras tanto, la pequeña Sofía, agarrada a su madre y a su abuela, deleitaba a los fotógrafos con sus gestos. Doña Letizia, con una camiseta marinera, pantalones pitillo y el pelo recogido, se mostró relajada.