Cataluña
La semana de Martín Prieto: Chacón la deseada
En Cataluña, todo está perfectamente montado para que llegue Carme Chacón, la preferida, a salvar el embrollo del Estatuto. Aunque parece que tiene tanta solución como la Ley de Huelga.
Pierre Elliot Trudeau era un francófono de Montreal por más que su madre tuviera ascendencia escocesa. Liberal con leves matices socialistas, demostró en sus dos mandatos como primer ministro que se podía ser quebequense, gobernar Canadá y no propiciar la independencia de la vieja colonia gala. Era un intelectual, un provocador nato y un espíritu libre. Ya de adulto entablaba batallas de bolas de nieve con las chicas, casó tardíamente con una chiquilina que le hizo la vida imposible y acabó en amores tardíos con Barbra Streisand, finalizados por su muerte en el 2000. Nuestra ministra de Defensa, Carme Chacón, catalana y catalanista, hizo un post grado en la Universidad de Quebec para estudiar la evolución de aquel independentismo que ha ido a la baja tras varias consultas populares.Entre el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, Artur Mas y José Montilla han sacado a la calle un agrio independentismo catalán que pide guerra por la tierra. Uno de los secretos mejor guardados de la política española es a cuenta de qué Cataluña necesitaba otro Estatuto. Hasta el socialista Montilla se abraza al palo de la «estelada» y la nación soberana, mientras que Zapatero afila a cuchillo los ejes de la carreta para que puedan entrar en los cubos de las ruedas del Tribunal Constitucional. Se advierten algunas fisuras entre los diputados del PSC pero se guardan de volver a amenazar con formar un grupo parlamentario propio en el Congreso. Si así fuera, el PSOE se presentaría con sus propias siglas en las próximas elecciones catalanas y, según los sondeos que tiene Ferraz, el PSC quedaría jíbarizado.Estas cosas no son para mañana pero si, como es probable, Mas y CiU ganaran las próximas autonómicas y desapareciese el tripartito, que parece extraído del túnel de los horrores de un parque de atracciones, José Montilla empezaría a ser amortizado. Quizás por sus malas compañías ha creado más problemas que aquellos que ha resuelto. Se le serrucharía el piso igual que hicieron con Maragall y sería la hora de Carme Chacón, «la quebequense», niña bonita de los ojos de Zapatero y que aunque diga bajito «¡viva España!» sin despeinarse.
LAS BICIS, PARA EL VERANOUna amiga rumana esperó quince horas en la T4 del Aeropuerto de Barajas para poder tomar el avión a Bucarest. Me temo que casi hubiera llegado antes pedaleando una bicicleta, porque éstas son un vehículo para el estío y la desorganización de todos los transportes públicos es terrorífica. En España, a partir del chupinazo de los San Fermines, todo son huelgas abiertas o encubiertas, legales o no, con servicios mínimos o «a las bravas». El veraneo está resultando terso como una charca: a los controladores áereos les están resolviendo el estrés sus homólogos franceses, la Renfe ha amagado y no ha dado y sólo quedan los flecos aplazados del Metro madrileño. Ni centristas, ni socialistas, tampoco los populares, se han atrevido jamás a ponerle letra a la Ley de Huelga depositada en el sarcófago de Tutankamon, rodeado de maleficios. Los sindicatos han establecido la ley del silencio sobre lo que los trabajadores pueden o no deben hacer cuando deciden bajar los brazos. Como en la ley de la selva, aquí gana el que más empuja.
EL PERSONAJE DE LA SEMANABarack ObamaEl Presidente Barack Obama ha firmado con su mano izquierda las reglamentaciones financieras que hará la vida muy incómoda a los corsarios de Wall Street, reyes de las subprimas y vendedores de paquetes de bonos tóxicos a los fondos de inversión internacionales. Nunca se había dado un paso tan cualitativo desde el New Deal de Roosvelt tras el crack bursátil de 1929. Obama ha perdido la mitad del apoyo popular con el que llegó a la Casa Blanca. Cumple muy lento pero su aún Reforma Sanitaria está en pañales. Pero esta ordenación a los financistas justifica un mandato. Tiene que sacar adelante las guerras de Irak y Afganistán, ser cauteloso con Irán y también con Corea del Norte y tener mucha paciencia con la infravaloración de la moneda china. No es de extrañar que se ocupe poco, aunque ha recibido a Cameron para poner buenas caras ante los desastres de la British Petroleum en el Golfo de México. Parte de su bajo perfil se corresponde con la aversión de la mayoría de los estadounidenses al estatismo, negándose a que el Gobierno Federal se inmiscuya incluso en su salud o en escandalosos sobresueldos. La economía se recupera igual que una tortuga y el mítico Estado de California, gobernado por el forzudo Schwarzenegger, ha quebrado autorizando la comercialización de la marihuana para recaudar mil millones de dólares anuales en impuestos y tapar de esta manera los agujeros.
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