Sevilla
La familia de Marta agota las opciones de ver a «El Cuco» encerrado
La Audiencia revisa mañana la sentencia en la que quedó absuelto de asesinato y violación
Sevilla- La noria del sufrimiento de la familia Del Castillo sigue dando vueltas, a la espera de la penúltima subida súbita que supondrá el juicio a Miguel Carcaño y el resto de adultos implicados en el asesinato y desaparición de Marta. La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, con el juez José Manuel Holgado al frente, revisa mañana la sentencia de «El Cuco», condenado a dos años y once meses, más otro de libertad vigilada, por encubrimiento y para quien la acusación particular y la Fiscalía piden el doble.
Los Del Castillo se confiesan «intranquilos» y con «poca esperanza de que se haga Justicia».
El encartado, en libertad desde el 2 de junio al haber cumplido el internamiento preventivo máximo, ha sido citado, aunque su presencia no es obligatoria. En sus primeras declaraciones, Francisco Javier G. M. aseguró que es inocente y que le ofrecieron exculparle si decía dónde está Marta. «Con todas las pruebas y todo lo que hay, si no han sido capaces de demostrarlo será por algo», indicó. La defensa de «El Cuco» asegura que el condenado ni estuvo en el lugar de los hechos ni participó en el crimen y pide su absolución. El joven, menor cuando se perpetró el crimen, manifestó que se autoinculpó por la presión policial.
La familia de Marta alegará que el juez interpretó mal varias pruebas y se basó en llamadas «inventadas» que «no constan en el sumario». Según el magistrado, tras matar a Marta, Miguel llamó a «El Cuco». La acusación particular considera que esa llamada no se produjo porque el asesino confeso y el entonces menor estaban juntos en León XIII. La familia también pide que se tenga en cuenta la confesión de Carcaño en la que dijo que junto a «El Cuco» violó y estranguló a Marta.
El abuelo de Marta, José Antonio Casanueva, admitió a LA RAZÓN de Sevilla la «intranquilidad» de la familia y mostró su deseo de que «la revisión sea favorable porque la condena es ridícula». «Va a ser algo salomónico; si no, supondrá una decepción que se ratifique la condena del juez Vián, insuficiente y con casi toda la pena cumplida», indicó. En referencia a las palabras de «El Cuco», Casanueva habló de un testimonio «impresentable». «Que ha perdido su infancia, ¿y nosotros qué hemos perdido? ¿Y mi nieta?», criticó.
Antonio del Castillo, por su parte, reconoció que «si soy sincero, no sé qué esperar» de la revisión. «Salga lo que salga, que tengan más coherencia y no se vuelvan a tener en cuenta cosas que no están en la instrucción ni se deje de lado la declaración de la Policía», reclamó, aludiendo a posibles «rencillas» entre el juez y la Fiscalía. «Espero que la Audiencia ponga cordura», añadió. En cualquier caso, consideró que «seis años como máximo por asesinato y violación es una pena ridícula, pero éstas son las reglas mientras algún partido no cambie la Ley del Menor», se quejó. Antonio del Castillo confesó que esta situación «se sobrelleva como se puede». «Lo más duro es que no confiesen dónde está el cuerpo. La vida nunca va a ser igual, pero no quiero morirme sin saber dónde está mi hija», lamentó.
LAS CLAVES
Libre en poco tiempo
La pena, por encubrimiento, de tres años impuesta a «El Cuco» lo deja, en la práctica, en libertad en pocos meses, al computar como condena el tiempo que ha pasado en un piso tutelado –nueve meses– y en internamiento. En total, Javier G. M. ha pasado 28 meses privado de libertad.
Ampliación de la pena
La familia y la Fiscalía solicitan una pena de tres años, más los tres por encubrimiento, por los delitos de asesinato y violación. También se exige su responsabilidad civil por el gasto de la búsqueda.
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