Desahucio

El derrumbe de un edificio en el casco antiguo de Lérida se salda con 2 heridos

El hundimiento esta mañana de un edificio de cinco plantas ubicado en el casco antiguo de Lérida ciudad se ha saldado con el resultado de dos personas heridas leves, que han sido trasladadas al hospital y ya han sido dadas de alta.

Los Bomberos de la Generalitat han trabajado toda la mañana buscando entre los escombros con ayuda de tres perros adiestrados para localizar a posibles víctimas y han descartado que puedan haber más personas atrapadas en el edificio derrumbado aparte de los dos heridos, que han sido atendidos en el hospital Arnau de Vilanova de la localidad, presentando politraumatismos leves.

El derrumbamiento ha tenido lugar poco antes de las diez de la mañana tras la aparición de unas grietas en la pared medianera del inmueble en el casco antiguo de Lérida, que se encontraba sin apoyo de los edificios colindantes, ya que fueron derribados anteriormente debido a su mal estado.

A las 09.55 horas los Bomberos han recibido el aviso del hundimiento del edificio ubicado en el número 16 de la calle Tallada, en pleno casco antiguo de la ciudad.

Los heridos son una mujer, M.A.O.E., de 25 años de edad y nacionalidad guineana, que ha sido dada de alta alrededor de las 13.00 horas, y un hombre, S.K., de 45 años y natural de Mali, que ha permanecido en observación hasta poco después de las 14.00 horas, cuando ha abandonado el hospital.

Afortunadamente no hay que lamentar víctimas de gravedad ni mortales a causa del hundimiento del edificio, que estaba habitado por una decena de personas de diferentes nacionalidades africanas.

Según ha informado a los medios de comunicación el propietario de un estanco ubicado en el número 22 de la misma calle, Josep Pallejà, él se encontraba en el interior de un local ubicado en los bajos del edificio siniestrado cuando éste ha caído.

Según ha relatado Pallejà, en los bajos del inmueble había una tienda de ropa africana regentada por un hombre que a primera hora de la mañana ha acudido a avisar al estanquero de que no podía levantar la persiana del comercio debido a que el edificio se había movido. Además, ha visto que en la pared medianera del edificio había unas grietas de las que estaba cayendo polvo.

Entonces, el propietario de la tienda de ropa ha decidido llamar a los timbres del portero automático del inmueble para alertar a los vecinos y hacerles bajar a la calle.
Mientras, el estanquero ha entrado al interior de la tienda y en ese momento el edificio se ha derrumbado, aunque tanto el estanquero como el dueño de la tienda de ropa han podido salir de los escombros del edificio sin sufrir daños.

Los Bomberos han informado de que, en un primer momento, han atendido a tres personas, de unos 30 años, por contusiones leves, pero que no han quedado atrapadas por el hundimiento.

Hasta el lugar se han desplazado catorce dotaciones de los Bomberos, cinco ambulancias y un helicóptero medicalizado del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), además de agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana.

Unas veinte personas han sido desalojadas de forma preventiva de los números 10 y 20 de la calle Tallada y de los números 9, 11 y 13 de la calle Múrcia y el Ayuntamiento de Lleida se hará cargo de proporcionarles alojamiento hasta que puedan volver a sus casas.

El alcalde de Lérida, Àngel Ros, ha explicado que debido al derribo anterior de los dos edificios colindantes al siniestrado se realizaban controles periódicos sobre éste, datando el último de ellos del pasado mes de marzo.

Sin embargo, según ha detallado el edil, el técnico contratado por el propietario del inmueble siniestrado detectó este mismo fin de semana unas grietas, de las que no dio aviso al consistorio.

"Si se confirman estos hechos, no descartamos emprender acciones legales contra la propiedad del edificio, que es la que tenía la obligación de su mantenimiento", ha explicado.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Lérida ha aprobado esta tarde la concesión de más de 91.000 euros de ayudas a comunidades de propietarios para realizar obras derivadas de inspecciones extraordinarias en 26 edificios del centro histórico.

Se trata de las subvenciones para pagar rehabilitaciones y obras de consolidación llevadas a cabo por estas comunidades de propietarios, en aplicación de las revisiones extraordinarias que se llevan a cabo al centro histórico desde el 2006.

Estas inspecciones extraordinarias se iniciaron el año 2006 en virtud de un convenio entre la Paeria y la Generalitat.

Hasta el año 2011 se han hecho 300 inspecciones, de las cuales en una sesentena de los edificios se declaró ruina inminente, la mayoría de los cuales ya han sido derribados.