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Buenos Aires

Malestar por la ausencia de Zapatero en Mar del Plata

Cunde la percepción de una España «ensimismada» entre nuestros socios iberoamericanos

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BUENOS AIRES- Rodríguez Zapatero ha batido el récord. Si algo le faltaba a muchos en América Latina para confirmar sus desconfianzas hacia las Cumbres Iberoamericanas, el presidente del Gobierno ha terminado por darles la munición suficiente con la que arremeter contra un sistema al que se critica como símbolo del «neocolonialismo» económico español. Nunca antes en 20 años –desde que Felipe González y el entonces presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari «inventaron» el sistema de cumbres iberoamericanas en 1991– un jefe de Gobierno español había excusado su asistencia al cónclave intercontinental.

El Gobierno argentino, que organiza el evento, de momento no ha mostrado ninguna reacción –bastante tiene con desayunarse cada mañana una nueva filtración de Wikileaks– pero los analistas políticos ya dicen que la cancelación de Zapatero, por comprensibles que sean sus motivos, puede sentar un mal precedente. El politólogo y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Torcuato de Tella, Juan Gabriel Tokatlián, considera que es «comprensible pero muy lamentable» que Zapatero cancele su presencia en Mar del Plata, teniendo en cuenta que, precisamente, España fue la gran impulsora de estas cumbres, en las que «quiso y pudo ser un gran puente entre América Latina y Europa».

La percepción que se tiene ahora es, no obstante, la de una España «ensimismada», que con un simple gesto parece dispuesta a dar la espalda a sus socios americanos. Y esa primera gran ausencia de un líder español puede pasar factura: «Se perdería una gran oportunidad de encontrar una mano muy extendida de America Latina», asegura Tokatlián a LA RAZON.

Una mano extendida que no le vendría nada mal a la maltrecha economía española para asentar la senda de su recuperación, según otras fuentes empresariales consultadas. Sobre todo si se tiene en cuenta que más del 32% de los beneficios de las grandes compañías españolas proceden de Latinoamérica. Por poner sólo algunos ejemplos, el 49% de los ingresos del BBVA se generan en este continente. Algo parecido ocurre con Telefónica (37%) o con Santander y Endesa, con el 30%.

Tambien se debe de tener en cuenta la pérdida de peso político que, en los últimos años, ha sufrido España en un territorio «amigo», donde ni siquiera presuntos «aliados» recientes, como HugoChávez o Evo Morales, muestran demasiado afecto cuando la relación encalla.

El embajador de España en Buenos Aires, Rafael Estrella, quitó hierro ayer a la ausencia de Zapatero. Estrella declaró a LA RAZON que «la presencia del Rey, la máxima representación del Estado y una figura muy querida en América Latina, muestra claramente el interés de España» en la continuidad del sistema de cumbres. No sólo estará Don Juan Carlos en Mar del Plata. Ayer llegaron a Buenos Aires el presidente del Tribunal Constitucional, el secretario de Estado de Comercio y el ministro de Educación. Con el Rey llegará la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez. Pero, seguramente, eso no será suficiente para eliminar la mala imagen que ha dejado el gesto de Zapatero. Alguien decía ayer, con indudable sorna, que «esto, a lo peor, no lo arregla ni Rubalcaba».