«Hacer de Príncipe te eleva un poco»

-A Amaia Salamanca su madre le ha dicho que se da un aire a Doña Letizia. ¿A usted le ha dicho su madre que se parece a Don Felipe?
-Sí, pero cuando era pequeño. De mayor ya no me ha dicho nada.

-Interpreta al Príncipe: ¿ha tenido la impresión de ser su clon?
-Sólo cuando estaba maquillado. He hecho una labor de deconstrucción del personaje, como los cocineros modernos.

-Amaia, que interpreta a la Princesa, dice que está «letiziada». ¿Usted está «felipizado»?
-Durante el rodaje lo estaba, claro. Al meterte en la piel del Príncipe te elevas un poco, te ves con más posibilidades.

-Consultó muchos vídeos del Príncipe. ¿Lo más difícil de interpretar de él?
-Hay una cara constitucional y otra íntima, y ésta es difícil de interpretar, porque es desconocida. Hubo que intuir su cara íntima.

-Quizá ha pensado en si le gustaría o no ser príncipe heredero...
-No me gustaría. Es más duro de lo que parece: el protocolo, la falta de libertad, la disciplina en las formas, la responsabilidad...

-¿Ahora es un poco más monárquico?
-No me gustan las monarquías, pero la española engancha un poco.

-Ya puestos, ¿qué le gustaría heredar?
-La sabiduría de Fernando Fernán Gómez. Era el artista total.

-¿Qué le parece lo más complicado del trabajo del Príncipe?
-No se puede permitir malos días ni malos momentos.

-Curioso: fue al mismo colegio que Don Felipe...
-Sí. Yo tenía 9 años y él, 15. Sólo compartimos colegio dos años. Le veía en los recreos, casi siempre haciendo gimnasia.

-¿Una imagen que le ha quedado fija en la memoria?
-Él corriendo y los dos escoltas detrás echando el bofe.

-Ha dicho: «Cuando Felipe se marchó del colegio la comida empeoró».
-Sí. Se fue el Príncipe y bajó la calidad, parece que decidieron ahorrar en el catering.

-O sea, que habría hecho falta que entonces llegara un nieto de Franco...
-Sí, o al menos un hijo del dueño de Zara, ja, ja, ja.

-Debe de ser muy difícil dar vida en la ficción a alguien que está tan presente en la realidad, en la actualidad...
-Es lo más difícil para un actor: tienes que hacer creer que eres un personaje al que están viendo casi todos los días.

-«El hombre que puede es Rey», dijo Carlyle. ¿Dónde es usted rey?
-Sólo en mi casa y a veces, porque hay una reina que manda mucho.

-Y si no le gusta, ya sabe: a la república de Ikea...