Artistas
La «zorra» y el magistrado
No conozco a nadie decente que llame zorra a su pareja. Ni siquiera cuando es una mujer astuta. Todos sabemos que es un término peyorativo, salvo el juez del Olmo. Me inquieta imaginar cuál debe ser el entorno en que se mueve. A lo mejor es normal entre sus amigos. Es posible que en alguna cena haya escuchado «zorra pásame el salero» o «mi mujer es una zorra muy lista e ingeniosa». La verdad es que ofrece un amplio abánico y hay que hablar con José Manuel Blecua, director de la Academia de la Lengua y extraordinario lingüista, para que lo incluya en el Diccionario como de uso corriente y cariñoso para dirigirse a la pareja. Ahora sabemos que el juez considera correcto decir la «zorra de mi mujer». Estoy seguro de que su esposa debe ser inteligente y astuta. Le animo a que en las cenas oficiales o actos protocolarios la presente con un término que no considera peyorativo. Lo que le parece normal no creo que le haga ninguna gracia, porque es un despropósito y un insulto para cualquier mujer.
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