Chávez promete a Santos impedir que las FARC actuén desde suelo venezolano

Las relaciones entre Colombia y Venezuela mejoraron sensiblemente desde la llegada al poder de Juan Manuel Santos. Sin embargo, el principal punto de conflicto entre los dos países todavía no ha sido superado.

Y aunque en la agenda oficial del encuentro bilateral de ayer se destacaban sobre todo los grandes temas comerciales y de integración productiva, la indignación suscitada por la ejecución el sábado de cuatro rehenes en poder de la narcoguerrilla colombiana obligó a los mandatarios a abordar en público un asunto que seguramente preferirían discutir en privado: el supuesto uso de territorio venezolano para atacar al Gobierno colombiano.

El tema es particularmente sensible: el antecesor de Santos en la Presidencia de Colombia, Álvaro Uribe, acusó al Gobierno de Chávez de albergar en su territorio a miembros de las FARC, lo que en su momento motivó la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas.

Y aunque Santos ha hecho todo lo posible para evitar confrontaciones, el nombramiento de Rodrigo Londoño como nuevo líder de los insurgentes le ha conferido al asunto una connotación especial, pues "Timochenko"(como se hace llamar el comandante rebelde) tradicionalmente ha operado cerca de la frontera entre ambos países y hay quien afirma que mantiene bases en territorio venezolano, lo que siempre ha sido negado por Chávez.

Por su parte, el líder caribeño aseguró ayer que su Gobierno no permitirá que ningún grupo ilegal atente desde el vecino país contra Colombia. "Repito: bien sea narcotráfico, guerrilla, paramilitarismo, o cualquier cuerpo armado o no que viole o pretenda violar la soberanía venezolana, porque eso además nos hace mucho daño a nosotros, no sólo a Colombia, a nosotros también", dijo Chávez.

En ese sentido, el líder bolivariano destacó la captura de alias "Valenciano"el domingo anterior, en Venezuela, producto de este compromiso con Colombia y de la cooperación de las autoridades de ambas naciones.

En sintonía con Chávez, el presidente Santos ratificó a su llegada al Palacio de Miraflores que "llevamos ya casi 16 meses desde que reanudamos nuestras relaciones y todo ha marchado, yo diría, como marino, viento en popa".

Sin embargo, ayer de nuevo el tema se tocó de "puntillas". Santos sabe que se le acaba el tiempo y ya empieza a ser presionado por algunos sectores políticos y militares que esperan acciones concretas por parte del presidente de Venezuela, a quien muchos en Colombia siguen considerando un aliado de las FARC. Y es que, pese a que el mandatario colombiano goza de gran popularidad, las amistades peligrosas podrían acabar dañando su imagen.