Desencuentro por Gonzalo Alonso

El primero lleva una larga temporada en crisis. La caja quedó tan vacía cuando Mortier acabó su contrato, que su sucesor tuvo que reducir su primera temporada a casi la mitad. Peter Ruzicka y Jürgen Flimm no han conseguido devolver al festival el esplendor de la era Karajan ni el interés revulsivo del primer Mortier. Su consejo de administración intenta recuperar patrocinios y espectadores con el nombramiento de Alexander Pereira, quien llevó Zurich a lo más alto. El de Pentecostés lo comanda actualmente Muti y le sucederá Cecilia Bartoli.

El de Pascua vive en crisis desde la denuncia a su anterior gerente por apropiación indebida de fondos. No quedó dinero para una Filarmónica de Berlín que miró hacia Baden Baden hasta que Eliette, viuda de Karajan, decidió apoyar el festival creado por su marido. Se consiguió así retener a la orquesta por cinco años, con la condición de que ella asumiría las responsabilidades del certamen, y nombró como gerente a Peter Alwar. En diciembre de 2009, la Filarmónica de Berlín expresó «en el marco de una asamblea general la permanencia de la orquesta en los Festivales de Pascuas de Salzburgo más allá de 2012».

No ha sido así, porque la deuda ha ido creciendo. Concretamente parece que el Consejo no deseaba una «Salomé» en la que Rattle se empeñó, creando un déficit adicional de 1,4 millones de euros. Ni siquiera la llegada al rescate del Teatro Real, que pagará varios millones por tres títulos con otras tantas funciones en tres años, ha servido para equilibrar caja. En 2013 los berlineses se mudan a Baden Baden. Pereira ha asumido en parte las riendas e intenta fichar a la Filarmónica de Viena. Se verá, pero lo lógico sería unificar los tres festivales bajo una sola dirección.