In memoriam por Ramón TAMAMES

Nos dejó el primer día de septiembre, silenciosamente, como no queriendo entretener a nadie con despedidas. María Eugenia Rincón nos unió entrañablemente a los que tuvimos el privilegio de asistir a las sesiones de reflexión sobre «Humanismo y Ciencia»; precisamente el título de la Fundación que con su seminario permanente dirigió durante 25 años, y que con serenidad y la más discreta elegancia presidió siempre la Reina Sofía.
María Eugenia, integradora de entusiasmos, hacía de los referidos encuentros una quintaesencia del interés por el saber acerca de cuestiones vitales; desde la religión a la literatura, de la ciencia a los movimientos políticos, y de la ecología a las dificultades de la paz mundial y del desarrollo de los menos afortunados.

Desde esta columna de Planeta Tierra, quiero rendir hoy un escueto y cálido homenaje a María Eugenia, en cuyo Seminario, la última sesión a la que yo asistí y tuve el honor de coordinar (15.VI.2009) estuvo dedicada a las energías alternativas. Interviniendo sucesivamente expertos como Rueda Guglieri sobre balance energético, Lozano Leyva, acerca de las nucleares, y Costa Morata incidiendo en temas ambientales; con Jesús Fernández ilustrándonos en biomasa, y Domínguez Abascal en energías solares.

Ese mismo día me permití hacer una evocación ante la Reina, para agradecer, en nombre de todos, a María Eugenia sus denodados esfuerzos: «Este convivium es, en España, lo más parecido a aquellos legendarios encuentros que auspiciaba el ilustrado Rey Federico el Grande de Prusia. Cuando en los tiempos de la mejor Aufklärung, el siglo de las luces en Alemania, reunía a filósofos y científicos europeos de todas las procedencias, para debatir los grandes temas de la vida».
Descanse en paz nuestra gran amiga, con el recuerdo que nos deja de generosidad, buen talante, y siempre con la más luminosa sonrisa ante el futuro. Así te recordaremos.