La cúpula del PSOE presume de democracia interna tras intentar apartar a Tomás Gómez

Muerta la vía ideada por los responsables del PSOE para quitar de enmedio a Gómez y con una incómoda y segura batalla en un feudo en el que no gozan de las mejores perspectivas, ayer los líderes socialistas se esforzaron en tratar de enderezar la imagen autoritaria ofrecida por Zapatero en su afán por despejar el camino a Trinidad Jiménez. Primero Blanco y luego Pajín realizaron un ejercicio dialéctico de lavado de cara centrándose en las primarias que se celebrarán en octubre en el PSM, primarias impulsadas por Tomás Gómez con su negativa a apartarse. El ministro de Fomento y número dos del PSOE defendió que su partido es «profundamente democrático», un partido en el que, dijo, «tiene la palabra la militancia, a partir de las opiniones, de las reflexiones, de los diferentes criterios que se han ido conociendo». El objetivo final, dijo Blanco, es «producir un cambio, ofreciendo el mejor proyecto y los mejores candidatos». Y para él, la mejor posicionada para luchar contra Esperanza Aguirre es Trinidad Jiménez. Eso sí, añadió, «yo no me manifiesto, sólo interpreto lo que dicen las encuestas».

La secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, siguió el mismo guión y, de paso, criticó al PP. Así, subrayó que su partido es «profundamente democrático» y «a diferencia del Partido Popular, no se eligen "a dedo"los candidatos». La número tres de los socialistas se valió de un giro eufemístico muy elocuente para definir la reunión del sábado entre Zapatero y Gómez, calificándolo de «reflexión conjunta» tras la que ambos decidieron celebrar unas elecciones primarias. En declaraciones a RNE, Pajín recalcó que «se hará como siempre se ha hecho en el PSOE, con la capacidad de las bases y los militantes de expresar su opinión».