España

El trueque

La Razón
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Hemos subestimado la oferta de Zapatero a los sindicatos de cambiarles Garoña por la reforma de las pensiones. Nos ha faltado altura de miras para reparar en que, tras ella, hay un planteamiento revolucionario para salir de la crisis: el regreso al trueque y a las economías primitivas, a aquellos idílicos tiempos en los que la gente cambiaba una oveja por un saco de cebollas. Ésta es la aportación de Zapatero a la alta política, su particular refundación del capitalismo, su respuesta a los especuladores, al sistema financiero, a la Bruselas que quiere rescatarnos y a la Merkel que quiere humillarnos: el regreso a la Antigüedad y al antes de la moneda. El capital político de este hombre es inagotable. Ahora entiendo el sentido de sus iniciativas surrealistas: el cierre de las centrales nucleares, la ley antitabaquista, el aborto adolescente, los pinganillos del Senado…. Él sabe que son medidas absurdas, pero su misión no es el cumplimiento sino su uso negociador: «Yo te quito esta ley ridícula si a cambio no me das problemas con esta otra, necesaria y cabal». Estamos ante toda una filosofía: «A la sensatez por la estupidez». Los disparates se convierten, así, en una bolsa de valores y España tiene solución. Ya pueden quebrar nuestros bancos o echarnos del euro. Estén tranquilos. Si no hay dinero en las arcas del Estado, nos dedicamos al trueque: «Te cambio mi sonotone por un pollo de corral». Desde que Zapatero ha sacado esta idea yo miro de otro modo mi ropa vieja. Tengo unos calzoncillos bastante usaditos los pobres en los que creo que está el seguro de mi vejez.