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Los rebeldes sirios prometen unidad a cambio de armas
La alianza internacional de «Amigos de Siria» debate hoy en Túnez cómo neutralizar a Asad
EL CAIRO- Jaled Salama, miembro del Consejo Nacional Sirio (CNS), se dirige hoy a Túnez con esperanzas pero pocas expectativas. El principal órgano de la oposición al régimen de Bachar Al Asad acude a la reunión de los «Amigos de Siria», convocada en la capital tunecina, con demandas claras y un único objetivo: «Detener la matanza del pueblo sirio». Después de casi un año de revuelta, más de 7.500 personas han muerto en Siria, según la última cifra ofrecida por los activistas y la violencia se ha recrudecido este mes, especialmente en la ciudad de Homs, donde la situación es ya insostenible.
«Es demasiado tarde para hablar de sanciones económicas u otras medidas de presión. Ahora es necesaria una solución militar», aseguró Salama a LA RAZÓN en El Cairo, antes de salir rumbo a la cumbre internacional. El Consejo Nacional Sirio pedirá tres cosas a los países aliados: armamento para el Ejército Libre de Siria (brazo armado de la oposición); una zona de exclusión aérea como la que la OTAN estableció en Libia con el respaldo de la ONU; y zonas seguras en las fronteras con los países vecinos que sirvan de refugio y base para los desertores del Ejército de Asad.
«No queremos tropas extranjeras en suelo sirio, porque ya tenemos a nuestros soldados: los del Ejército Libre», dice Salama, pero éstos necesitan armas, municiones y apoyo. El opositor se muestra convencido de que Turquía ofrecerá protección a los rebeldes en la zona fronteriza al norte de Siria, donde ya operan hace meses, mientras que descarta que Líbano lo vaya a hacer, a pesar de que sería fundamental contar con una base cerca de Damasco. Asimismo, el Consejo quiere que tropas de tierra árabes puedan respaldar las operaciones de los rebeldes desde Jordania.
Estas propuestas, cuya utilidad y aplicación pueden resultar poco claras desde el punto de vista militar, no serán probablemente aprobadas por la comunidad internacional en la reunión de este fin de semana. Salama es consciente de ello y pone su confianza sobre todo en los países árabes del Golfo Pérsico, en especial Qatar, que ya jugó un papel destacado en armar y ayudar a los rebeldes libios el año pasado.
El paralelismo con Libia es constante, aunque Occidente ya ha dicho que no tiene intención de intervenir ahora en Siria. «Si tuviéramos petróleo como Libia, actuarían rápidamente», se lamenta Salama, que no esconde sus reservas respecto a los «amigos». «Hasta ahora sólo hemos recibido promesas. Hace tres meses que pedimos que reconocieran al Consejo como único representante del pueblo sirio». Esta cuestión también estará sobre la mesa en Túnez, aunque la comunidad internacional ha evitado por el momento dar este paso porque el CNS no engloba a toda la oposición, fragmentada en diferentes grupos que no coinciden en sus planteamientos.
Salama admite que hay divisiones en el seno de la oposición y que esto representa un problema. Por ello, en Túnez los grupos disidentes sirios tienen previsto firmar un documento de unidad para presentar a los países extranjeros que así se lo han pedido, informó a este periódico el opositor. Asimismo, aseguró que se ofrecerán garantías a los países occidentales de que no hay islamistas radicales ni miembros de Al Qaeda luchando en las filas de los rebeldes. «Los extremistas nos han ofrecido armas y dinero, pero los hemos rechazado», asegura Salama, representante de la facción religiosa dentro del Consejo, que aglutina varias ideologías, bajo el liderazgo del liberal Burhan Ghaliun. Salama cree que Occidente teme que en Siria emerja finalmente un Gobierno islámico, tal y como ha ocurrido en Túnez, Libia y Egipto tras sus respectivas revoluciones.
El que era jeque de una mezquita en la ciudad de Latakia, en el norte, hasta que se unió al Consejo en septiembre del año pasado, cree que las principales dudas de Occidente respecto a una intervención en Siria son de tipo geoestratégico y, sobre todo, tienen que ver con la seguridad en la frontera con Israel. Y admite que si llegan al poder reclamarán el Golán.
Annan, enviado especial de la ONU y la Liga
El ex secretario general de la ONU Kofi Annan fue nombrado ayer enviado especial del organismo internacional y de la Liga Árabe para lograr el fin de la violencia en Siria, según decidió el máximo responsable de la organización, Ban Ki Moon. El enviado se encargará de celebrar «consultas amplias y tratar con todos los interlocutores dentro y fuera de Siria con el propósito de acabar con la violencia y la crisis humanitaria, y facilitar una solución política sin exclusiones y liderada por los sirios». El nombre de Annan sonaba con fuerza en la ONU después de que Ban asimilara que era «muy difícil» encontrar un candidato árabe que fuera aceptado por Damasco.
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