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Cayetana no pierde las esperanzas de casarse por Jesús MARIÑAS

Es un runrún casi más extendido que el meneado y presunto embarazo de Belén Esteban. Repaso post-ferial aprovechando lo que aún se conoce como «lunes de resaca».

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Mientras unos contrastaban la sobriedad indumentaria no exenta de elegancia de Antonio Tejado y Alba, otros repararon en la exactitud de María del Monte, tía del contrayente, con traje azul pavo real. El nuevo matrimonio no tiene luna de miel hasta finales de semana, cuando iniciarán una gira museística europea. Ante todo eso se entiende menos la tormentosa relación mantenida con Chayo Mohedano, con la que tiene un hijo.

Y en esta Sevilla convaleciente del jolgorio festivo, Cayetana se mantiene como figura que realza el tipismo, bajo marfileña mantilla con orla de claveles sujetándola a la antigua usanza o desmintiendo rumores de boda celebrada presuntamente. El fin de semana hubo reunión en Dueñas, similar a la de hace quince días atrás con Huéscar, Alfonso, Eugenia y Cayetano. Todo discurrió de forma plácida y abundó la cortesía. «No me he casado y llevo tres años con lo de "espérate un poco más, mamá". Y tres años son muchos. Pero no pierdo la esperanza», me dice risueña. Está resignada pero optimista. La vi contenta porque el 25, en la glorieta de María Cristina, finalmente inauguran un monumento en su memoria de madrileña sevillanizada por amor, vocación y entrega.

Ella es la principal protagonista en cuantos actos benéficos y sociales se montan en la capital bética, aún reducto de Chaves y los suyos. Y aún no repuestos del trajín que supone ir de caseta en caseta cual un Vía Crucis gozoso, se preparan para otro plato fuerte de la temporada. Culminando mayo, el enlace de Carmen Solís, hija de Carmen Tello. Parece que se descolgó Huéscar, tío político de la contrayente, y que su ex, Mati, tampoco asistirá, resentida por la manera en que la maltratan en la serie de los Alba

Andalucía también ha visto en Córdoba la segunda boda de Tico Medina hijo, que ha sido la tercera de Carmen Valiño. Enlace discreto casi en petit comité, con el realce de Nuria González de Fernández Tapias, antigua colaboradora de quien tanto hizo en Loewe como RR PP. Años de gloria empañados, como Prada por dedicarse más a la indumentaria que a la marroquinería. Cada nueva colección es un error. Hermés tuvo el acierto de recurrir a Gaultier para modernizar la firma española. Arnault intenta quitársela de encima porque siempre apuesta a caballo ganador, pero cuesta endosar un demonio tan ruinoso como éste.