Cataluña

Españolizar por Ramón Sarmiento

La Razón
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Hace unos días estalló una polémica por dos palabras: españolizar y catalanizar. El ministro José Ignacio Wert afirmó en el Congreso la necesidad de «españolizar a los alumnos catalanes». Sin dilación, la consejera de la Generalidad Irene Rigau acusó al ministro de tener una visión de España «preconstitucional». Llegados a este punto, hay que preguntarse qué significa españolizar. Según el Diccionario de la RAE es «dar carácter español a algo» o «dar forma española a un vocablo o expresión de otro idioma». Y ¿qué significa catalanizar? Pues lo mismo pero a la inversa. Es lo que la señora Rigau pretende hacer en Cataluña. La solución de este problema es sencilla: no se puede catalanizar ni españolizar a unos alumnos que ya son catalanes y españoles. Porque lo respalda una convivencia secular de tradiciones, historia y cultura comunes. Y, ahora, la misma Constitución. Si algo hemos de eliminar de nuestra convivencia son los nacionalismos extremos, porque vivimos en un mundo global en el que las fronteras están siendo derribadas para alumbrar nuevos ámbitos supranacionales, como la Unión Europea. Por lo que, si alguna palabra positiva debemos introducir en nuestro vocabulario político, es «europeizar» a los alumnos. A esta generación le corresponde la tarea de construir los Estados Unidos de Europa a pesar de las resistencias de los nacionalismos anacrónicos que aún perduran en algunas partes. Se atribuye a Miguel de Unamuno la afirmación de que «el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando». Guste más o guste menos dicha frase, lo único exigible es un nacionalismo mínimamente responsable y acorde con los tiempos que corren, como escribió Pedro Laín. Porque la historia no perdona mitos.