Roma

Quién quiso matar a Juan Pablo II por César VIDAL

Alí Agca dice ahora que su ataque del 13 de mayo de 1981 fue planeado desde el mismísimo Vaticano, pero la realidad es otra

El 2 de diciembre de 1983, Alí Agca recibe el perdón de Juan Pablo II
El 2 de diciembre de 1983, Alí Agca recibe el perdón de Juan Pablo IIlarazon

Alí Agca, que hace casi treinta años atentó contra Juan Pablo II, ha afirmado recientemente que el magnicidio fue planeado por gente del propio Vaticano y que para perpetrarlo recibió la ayuda de un sacerdote católico que lo acompañó a la plaza de San Pedro a fin de conocer el terreno. Según Agca, las órdenes partían del cardenal Agostino Casaroli, un importantísimo prelado, presuntamente iniciado en la masonería en 1957. Las afirmaciones de Alí Agca presentarían por ello una cierta verosimilitud. Pero, ¿son ciertas?

La llegada al trono papal de un polaco alteró el panorama de la Guerra Fría. En Polonia, la situación era tan delicada que, en 1979, la secretaría del partido comunista de la URSS recomendó el asesinato de Juan Pablo II. El texto se encontraba firmado entre otros por Yuri Andropov, jefe del KGB, y por un oscuro funcionario llamado Mijaíl Gorbachov. Para llevar a cabo la operación tan comprometida, el KGB solicitó la colaboración de la DS búlgara, que se puso en contacto con un turco de 23 años llamado Alí Agca. Agca pertenecía al Partido de Acción Nacional –también conocido como los Lobos Grises–, un grupo nacionalista islámico manipulado por el KGB. Además, había recibido entrenamiento como terrorista en Siria y, en 1979, participado en el asesinato de un editor turco de carácter liberal.

El 10 de mayo de 1981, Agca ya se hallaba en Roma. A primeras horas de la tarde del 13 de mayo, dos turcos y dos búlgaros lo condujeron hasta la plaza de San Pedro. Allí se quedó en compañía de Oral Celik, un compatriota amigo suyo. A las cinco, el papamóvil pasó bajo el arco de las campanas. Se detuvo empero para permitir que el Papa abrazara a una niña. En ese momento, desde la segunda fila, Agca disparó dos veces. Intentó huir, pero una franciscana le agarró impidiéndole escapar y dando lugar a que otros se abalanzaran sobre él.


La CIA evita que se aclare
El terrorista fue juzgado el 22 de julio y condenado a cadena perpetua. Por su parte, Brezhnev, el dictador soviético, falleció el 10 de noviembre de 1982 y Andropov pasó a ser el nuevo dictador. Estos cambios iban a tener una importancia decisiva en las investigaciones. Tanto el italiano Giulio Andreotti como la CIA hicieron lo posible por impedir el esclarecimiento de los hechos por razones de estado. Sin embargo, el antiguo jefe del servicio secreto búlgaro Konstantin Karadhzov grabó una confesión afirmando que el KGB había planificado el atentado utilizando a la DS y a Alí Agca.

La confesión dejaba de manifiesto que había sido fácil porque el KGB contaba con espías en la Santa Sede, un extremo que sería confirmado por Boris Solomatin, jefe del espionaje soviético en Roma. Los datos eran indiscutibles, pero con Andropov en el poder y la distensión al alcance de la mano, ni Italia ni Estados Unidos deseaban que la «trama búlgara» saliera a la luz. El caso sería aclarado más tarde y no precisamente en el sentido apuntado ahora por Alí Agca.