Londres
Picasso negoció con Franco para exponer en España
Las conversaciones fracasaron cuando la Prensa se enteró
Pablo Picasso a punto estuvo de perder su reputación como héroe de la izquierda tras negociar en secreto con representantes del régimen de Franco la posibilidad de celebrar una retrospectiva de su obra. Corría el año 1956 cuando el crítico de arte José María Moreno Galván fue enviado a la costa azul francesa, donde vivía el pintor, para proponerle un jugoso proyecto.La idea era dañar su imagen, pero finalmente la exposición nunca llegó a celebrarse. «De haberla hecho habría sido considerado un traidor por volver a España», matiza John Richardson, amigo del malagueño. El historiador, que lo conoció entre 1940 y 1960, adelantó ayer al diario «The Guardian» parte del contenido del cuarto volumen de la biografía del pintor español que está preparando con su colega Gijs van Hensbergen. Según Richardson, Moreno Galván informó de sus conversaciones al agregado cultural de la Embajada española en París, José Luis Messía, y cuando éste supo que Picasso había aceptado respondió: «Qué pena que Lorca no esté vivo. Podríamos haber matado dos pájaros de un tiro». Las negociaciones, dirigidas por Messía en coordinación con el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, continuaron, pero se acabaron cuando la información se filtró a la Prensa. Según Van Hensbergen, los contactos eran supervisados por el Ministerio español de Asuntos Exteriores, que dio órdenes para suspender a los involucrados si transcendía el plan. Ya les habían advertido previamente de que la versión oficial negaría públicamente y de manera enérgica cualquier acercamiento.
«Hay mucha mierda»Las conversaciones con el pintor llegaron a estar tan avanzadas que un pequeño círculo de destacadas personalidades del exilio firmaron una carta para pedir a Picasso que no expusiera en España. El episodio quedó recogido en el diario de Jean Cocteau. El escritor contó alguna vez que hablando del Partido Comunista con el malagueño éste le dijo que se había unido a una familia en la que, «como en todas, hay mucha mierda». Los historiadores argumentan que los puntos de vista de Picasso «eran 10 veces más sutiles de lo que se puede imaginar». «No había nada en sus opiniones que fuera blanco y negro y la historia de este periodo es una historia con zonas grises», recalcan.
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