Cataluña
No a la independencia por Toni Bolaño
Desde primera hora, miles de socialistas acudían a la Fiesta de La Rosa. «Estamos aquí porque, tal y como están las cosas, es necesario que estemos aquí. Queremos demostrar que hay otra Cataluña alejada de la realidad oficial» comentaba un militante mientras asaba con mimo panceta y butifarra. De fondo, resonaba la actuación de la Banda de Gaitas Rosalía de Castro. Las cámaras de televisión se hacían hueco para entrevistar a los asistentes. La pregunta, obvia. ¿Está usted a favor de la independencia? La respuesta, contundente: no. Quizás, por eso, Ernest Maragall no estaba. Por eso, o por no ensuciarse los zapatos en la Pineda de Gavà.
Actuaba un Esbart Dansaire cuando Rubalcaba llegó al recinto. Fue recibido con cariño. El mismo que recibió Carme Chacón, que intentó pasar desapercibida. No era la protagonista, ni lo quería ser. La preocupación se palpaba en el ambiente y en la masiva asistencia al acto político. Los militantes socialistas querían saber, más que nunca, qué les decían sus dirigentes. La alcaldesa de Hospitalet, Núria Marín, marcó el guión. «Juntos mejor que separados». Arrancó los primeros aplausos. Rubalcaba se encontraba como en casa y recomendó aguja e hilo a populares y nacionalistas para recomponer los rotos que han hecho y lanzó su mensaje a navegantes. Con la pelota en el aire, el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, remató: «No somos independentistas. Ni españolismo rancio, ni mesianismo independentista acomplejado de Mas». Miró a Rubalcaba y le pidió más federalismo,«España será federal o no será». Tenían discurso y bandera. El mensaje era claro: ¿Independencia? No, gracias.
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