Geroa Bai
Bono recoge el guante de Rajoy
Todos lo defendieron con uñas y dientes, y ahora todos dicen estar abiertos a la revisión; negaron privilegio alguno y ahora se muestran convencidos de que hay que dar ejemplo... Hablamos de política, de partidos y de pensiones de diputados, claro.
A la propuesta de Mariano Rajoy este fin de semana de revisar el modelo de protección social de los parlamentarios le ha salido un árbitro sin que nadie lo pidiera. ¿El nombre? José Bono, el mismo presidente que hace menos de un año organizó un almuerzo de hermandad con todos los portavoces parlamentarios para conjurarse en la defensa de un sistema privilegiado, dijo ayer que tiene una propuesta y que hoy la trasladará a todos los grupos. Lo que negaron desde el Gabinete del presidente de la Cámara es que éste hiciera llegar al Gobierno una propuesta para modificar las pensiones de sus señorías. La versión coincide con la que ofrecieron desde La Moncloa, donde aclaran que fue el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien telefoneó a Bono para conocer los detalles del modelo por si le hacían alguna pregunta en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. «Ni Bono envió carta alguna, ni propuesta alternativa», aseguran unos y otros.
En todo caso y ante la declaración pública ayer de Bono de que se reuniría con los grupos para buscar alternativas, las minorías tienen intención de refrescarle la memoria y pedirle explicaciones por su cambio de criterio.
No en vano hace meses el presidente del Congreso acordó con todos los portavoces una ofensiva mediática en defensa de las pensiones de los diputados que dio lugar incluso a varios almuerzos con directores de medios para convencerles de la necesidad de «proteger» a los diputados y ahora se muestra dispuesto a revisar el modelo. O Bono ha perdido la memoria o, como el PP, ha llegado a la conclusión que quienes legislan para los intereses generales no pueden acordar un sistema exclusivo para parlamentarios y mucho menos no dar ejemplo en tiempos de crisis económica.
Lo que parece claro es que unos y otros han arrebatado esta bandera a la diputada de UPyD, Rosa Díez, que en solitario ha defendido desde hace un año la eliminación de este tipo de privilegios. El PSOE también se ha visto obligado, tras la propuesta de Rajoy, a plantearse la revisión de un modelo que otorga a los parlamentarios el derecho a la pensión máxima de jubilación con once años como diputado, además de una indemnización por censantía.
El Congreso y el Senado destinan más de un millón de euros año para sufragar los complementos de pensión de los que en este momento se benefician 81 ex parlamentarios, según informaron desde la Cámara Baja a Ep.
En febrero de 2010, sólo 70 de los 3.609 que habían tenido escaño desde 1977 en una de las dos instituciones, recibían ayuda por este concepto. Hace casi un año Bono informó de que las Cortes hacían una aportación media de 1.066 euros mensuales para los complementos de pensión. Tomando esa cifra como referencia y multiplicándola por las 14 pagas que cobran los pensionistas, el gasto medio anual por cada uno de los ex parlamentarios asciende a 14.924 euros. Dado que ahora hay 81 beneficiarios, el gasto global es de unos 1,2 millones.
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