Suso 33: «Vivo del arte urbano y no paso hambre»

–Es grafitero, muralista, videoartista, escenógrafo...
¿Y vive de ello?
–Sí, vivo del arte urbano y no paso hambre. Hago lo que me gusta.

–Precursor del grafiti iconográfico...
–Fue una propuesta innovadora en los 80. Ahora pinto sombras de cuerpos que no están ahí, entre otras cosas. Se pueden ver en paredes de Madrid.

–¿Por qué le atraen las sombras?
–Yo las llamo ausencias. Me atrae el mundo oculto, insinuante.

–Dicen que es el pionero del «street art»...
–Eso dicen. Yo sólo digo que siempre estoy experimentando.

–El grafitero se encuentra entre el arte y la ilegalidad, ¿no?
–Sí, claro; pero yo no hago vandalismo. No he pisado una comisaría por pintar.

–Pero alguna vez habrá salido corriendo con el spray en la mano, ¿no?
–Alguna vez. He pintado sin permiso y sigo haciéndolo.

–¿Aspira a estar en los museos?
–No. Yo no me acerco a ellos, pero ellos se acercan a mí. Incluso me dieron el Premio Nacional de Videoarte de PhotoEspaña.

–En «Corten» crea la escenografía en directo, en el escenario, mientras se improvisa la obra con la colaboración del público...
–Improvisar es lo mío. Y no me repito nunca.

–¿Improvisación teatral es también lo que hacen los políticos?
–De algún modo, sí. Y unos les aplauden y otros, no.

–«Corten» nace de las sugerencias del público. Eso elimina al autor...
–No. El artista se convierte en canalizador: construye a partir del diálogo.

–¿Las sugerencias del público hacen mejor la obra?
–La hacen mucho más dinámica, directa y real. Más viva e intensa.

–¿Lo que se hace con el público es democratizar el arte?
–Sí, en parte. Antes, se pintaba al gusto de los reyes. La cosa no ha cambiado: ahora los mecenas son las marcas. Yo no trabajo para las marcas.

–¿Pinta en la calle lo que la gente quiere?
–Sí, porque lo hago en espacios públicos. Pregunto y luego hago el mural.

–Dígame un graffiti o una pintada que le defina un poco...
–«Soy yo quien pinta tus muros; pero son tus muros lo que tapan mi horizonte».

–«Pues sáltalos en lugar de embadurnar» (Uno de la limpieza del Ayuntamiento).