OPINIÓN: Brigada paracaidista

También la hostilidad de crítica y público empujó a Guerrita a retirarse de los ruedos a la corta edad de 37 años, los mismos que tiene el ex número dos del PSOE-A. Concluía la temporada taurina de 1899 cuando este tocayo de Rafael Velasco, y cordobés como él, dictaba con una frase para la posteridad su testamento taurino: «Después de mí, naide; y después de naide, el Fuentes». El zarandeado Pepe Griñán, cuyo apellido suena cada vez más parecido a guiñapo, ha aplicado la fórmula guerrista, dicho sea sólo en recuerdo del matador, y ha decidido que con Velasco desaparezca el cargo de vicesecretario general de los socialistas regionales. Después de «naide», en este caso, ha colocado a Susana Díaz, quien ha culminado así con éxito la minuciosa labor de laminación del caído, y de todo su personal afín, iniciada tras el congreso de la pasada primavera por encargo de un jefe que no tiene despacho en San Telmo. «Dead man walking» en sus pasillos. Al presidente de la Junta y (todavía) candidato a la reelección lo vela un escuadrón de pretorianos dispuestos a derrocarlo en cuanto el emperador en la sombra haga una señal. Desde Roma, poco se ha avanzado en cuanto a técnicas de traición. Serán las encuestas las que aconsejen si el relevo ha de producirse antes o después de las autonómicas, si conviene pasar a la acción ya o contemporizar a la espera del derrumbe electoral.