Mas concede a Rajoy un «depósito a plazo»

MADRID- A su juicio, este voto favorable demuestra la coherencia de su formación, que también apoyó el duro y severo ajuste de mayo de 2010 decidido por el Ejecutivo de Zapatero. Amén de la tijera que CiU metió en las cuentas autonómicas nada más llegar al poder.

No obstante, Mas avisó de que el apoyo de su fuerza política al Gabinete de Rajoy es un «depósito a plazo» no vinculado a los respaldos del PP catalán a los presupuestos autonómicos. Es más, volvió a amenazar con la convocatoria anticipada de elecciones si se bloquean las cuentas catalanas. Pese a su advertencia, aseguró contar con el respaldo de otros grupos parlamentarios para conseguir su aprobación.

El Molt Honorable rehusó ayer acotar el espacio temporal de su apoyo al Ejecutivo de Rajoy. Eso sí, puntualizó que un respaldo a su investidura hubiera supuesto un apoyo para toda la Legislatura, uno a los Presupuestos Generales del Estado de 2012 supondría un respaldo a medio plazo. Mientras, el «depósito» dado a Rajoy este miércoles es a corto plazo. Su ampliación dependerá, en su opinión, de cuestiones como el pacto fiscal y de la recuperación de un clima de confianza.

Mas trazó ayer la «hoja de ruta» para recuperar esa confianza, después de advertir contra un «divorcio creciente» entre Cataluña y las instituciones del Estado. Para impedir el avance de este divorcio, consideró muy importante que se «paguen las deudas contraídas» por cualquier Administración, incluida la estatal. De esta manera, se refirió al dinero que el Estado debe a Cataluña por la nueva financiación autonómica. «Si no se paga, se rompe la confianza», dijo. Además, avisó de que es crucial para recuperar la confianza que se considere a los gobiernos autonómicos como parte sustancial del Estado y no como una desventaja.

En su «hoja de ruta» hacia la confianza figura también el fin de las críticas del Gobierno sobre las medidas que adopten otros ejecutivos autonómicos. En este punto, recordó las realizadas por el Gabinete de Zapatero sobre los recortes en la sanidad catalana. En el cuarto y último escalón hacia la confianza, demandó al Gobierno que no legisle a costa de las autonomías, algo que calificó de «deslealtad». Como botón de muestra, citó la Ley de Dependencia. Tras insistir en que Cataluña no puede soportar un déficit de la magnitud del actual, demandó al nutrido auditorio de empresarios que «no vean el pacto fiscal como un problema, sino como una oportunidad».