Hospital sin dolor

La cirugía no tiene por qué asociarse al dolor. Las nuevas técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas han permitido acelerar los periodos de recuperación. En este logro también ha influido el uso de técnicas de anestesia avanzada lo que permite un alta más temprana.

Los bloqueos nerviosos son una de las técnicas que permiten un control más adecuado. Son métodos específicos que interrumpen la comunicación nerviosa que transmiten la sensación dolorosa; por ejemplo, ante una intervención en una mano, se aplican anestésicos de forma local en los nervios que comunican la mano con el cerebro y de este modo se suprime la sensación dolorosa. Estas mejoras han permitido recuperar a pacientes en uno o dos días de cirugías en las que no hace tanto se requerías siete a 10 días para obtener el alta. Los anestésicos se infunden en zonas concretas gracias a la colocación de catéteres que se implantan durante la cirugía. Una vez que sabemos la intervención a la que va a ser sometido el paciente anticipamos sus necesidades. El tiempo indicado nos lo va a ir diciendo el paciente, aunque habitualmente el período más doloroso abarca los primeros dos y tres días.

Las nuevas familias de anestésicos también han ayudado. Los que más hemos utilizado son la lidocaína y la bupivacaina; sin embargo, han aparecido nuevos compuestos, como la levobupivacaína que permite anestesiar zonas concretas sin quitar la fuerza. Este hecho es muy importante en partos, porque con la anestesia epidural buscas que no le duela a la madre, pero hay que permitir que ayude y colabore en el parto.