Valencia

Carlos Durán corta la única oreja en la matinal de Valencia

La Razón
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VALENCIA- Pese a que se fue de vacío, Juan del Álamo puede considerarse el triunfador de la segunda novillada picada incluida en el abono fallero. Un festejo matinal en el que, con la resaca de la «cremá» y con un bochorno sospechoso, se lidió un notable encierro de Fuente Ymbro, bien presentado y de buen juego, destacando el corrido en segundo lugar.No tuvo excesiva fuerza el primer novillo de Juan del Álamo y le costó seguir la muleta. Con temple, suavidad y cabeza logró convencerle para que embistiese con mayor regularidad y dejar ver sus buenas maneras. El sexto, que derribó estrepitosamente al caballo, manseó, sin embargo, en ese primer tercio y se llevó muchos capotazos durante el buen rato que se invirtió en levantar al equino. Aun así, en la muleta no acusó tan mala lidia y tomó el engaño con nobleza, permitiendo a su matador un trasteo de corte clásico, bajando mucho la mano, procurando ligar los muletazos y dejando ver que sabe bastante bien de qué va la cosa. Desde luego, su punto flaco es la espada, ya que por sus fallos a la hora de matar acabó yéndose de vacío.La única oreja que se paseó fue para Carlos Durán, que aprovechó la sustitución del herido Juan Cervera para llevar a cabo una actuación no más que voluntariosa, sin acoplarse con su primer gran novillo, con el que fue de más a mucho menos. Estuvo muy bullidor y activo con el quinto, al que mató con más eficacia que brillantez.También gustaron las maneras y disposición de Juan Pablo Sánchez, que se empeñó en torear muy encima de sus antagonistas. Como Del Álamo, también tardó mucho en matar y eso influyó en que su casillero quedase a cero.

Novillos de Fuente Ymbro, bien presentados y de buen juego; destacó el 2º. Juan Pablo Sánchez, silencio tras aviso en ambos; Carlos Durán, ovación y oreja; y Juan del Álamo, ovación y ovación tras aviso. Un cuarto de entrada.