Dirigentes ausentes por Carmen Gurruchaga

La austeridad, la falta de abucheos y la ubicación de la Infanta Elena fuera del palco de autoridades presidieron ayer el desfile de las Fuerzas Armadas al que no asistieron unos cuantos presidentes de comunidades autónomas. Entre los ausentes se encontraba Artur Mas que, aunque no se siente español y defiende una Cataluña independiente, la víspera había pedido 400 millones más al Fondo de Liquidez Autonómico. Sobre Cataluña, la Familia Real, protagonista de la jornada, quiso destensar la difícil situación generada a consecuencia del órdago lanzado por el presidente de la Generalitat cuando se molestó porque el Gobierno no tragó con su exigencia de Pacto Fiscal. El heredero de la Corona opinó que los políticos no deben crear problemas sino trabajar con responsabilidad para solucionarlos. Don Felipe cree que Cataluña no es un problema sino la tensión que ha ido creciendo desde la manifestación por la independencia del Día de la Diada, el pasado 11 de septiembre con la espuma de declaraciones «de unos y otros».
Pero es que el clima electoral, propiciado por la inopinada convocatoria hecha por Mas, no ayuda precisamente a rebajar el tono de las crispadas manifestaciones, so pena de frustrar a las personas que han sido impulsadas hacia un camino con final incierto y complicado retorno.
El Jefe del Estado respondió con evasivas y prefirió no manifestarse ayer sobre este asunto, después de haberlo hecho con claridad en la carta que colgó en la web de la Casa Real hace unas semanas. Otro asunto muy comentado fue la frase que ha hecho famoso al titular de Educación, quien ayer aseguró en catalán que se sentía muy orgulloso de lo que había dicho. Y es que el escándalo no son las palabras de Wert sino el hecho de que éstas causen escándalo.