Violencia inconsciente

El jueves se celebraba el Día Internacional contra la Violencia Machista, la lucha contra el sufrimiento de tantas mujeres que se ven agredidas y hasta asesinadas casi siempre por los mismos varones que antes dijeron que las amaban. En nuestro país, perteneciente al mundo más privilegiado, pero con alguna vuelta atrás en este terreno, llegada de la mano de la inmigración, han muerto en lo que va de año 64 mujeres. Una cifra escalofriante que nos hace replantearnos nuestro comportamiento y ver en qué nos podemos estar equivocando. Lo cierto es que ahora los maltratadores van a la cárcel, se ayuda a las mujeres maltratadas… Pero aún no se sabe cómo conseguir que muchos violentos tengan conciencia de que lo son y procuren enmendarlo. Ayer sufrí una desagradable experiencia. Un colega que me llamaba para hacerme una entrevista acabó dándome miedo.

Al decirle que no entendía bien sus preguntas por considerar que no tenían nada que ver conmigo, comenzó a chillarme de tal modo que, a través del teléfono, lo escucharon mis compañeros de redacción; pero además me intimidaba, me llamaba borde, me decía que yo siempre había sido así… Mientras yo le exigía que dejara de chillarme y le decía que no quería continuar con la entrevista, él argumentaba, alternando el grito y el tono de paciencia, que si para eso había trabajado y que había que terminarla… De mala gana y exclusivamente para liberarme de aquella situación contesté a las preguntas tratando de acabar lo antes posible. Al colgar con el corazón acelerado pensé: me he sentido maltratada. Pero lo peor es que él, seguramente, ni se habrá dado cuenta.