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Siria autoriza la misión de la Liga
Damasco admite la entrada a cien observadores ante su aislamiento
El Cairo- Siria se ha visto finalmente obligada a aceptar la entrada al país de una misión de la Liga Árabe, que después de varios retrasos y plantones por parte de Damasco amenazó con llevar al régimen del presidente, Bachar Al Asad ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras el acuerdo firmado ayer en El Cairo, un primer grupo de unos 100 observadores árabes deberían acceder a Siria en un plazo de 72 horas para monitorear la situación sobre el terreno. Si finalmente Damasco se lo permite y les deja moverse libremente por todo el país, lo cual no está garantizado, serían los primeros en poder averiguar y contar al mundo qué está pasando en Siria, donde han muerto más de 5.000 personas desde marzo, según el último recuento oficial de Naciones Unidas. El secretario general de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, dijo en la sede del organismo en la capital egipcia que sus enviados también tendrán que «contribuir a la protección de los civiles sirios. Tan sólo ayer, al menos 48 personas habrían muerto, según los Comités de Coordinación Local (CCL), que rechazó el acuerdo.
Éste sería el primer paso para poner en práctica la hoja de ruta propuesta por la Liga Árabe para acabar con la violencia en Siria, que preocupa a sus vecinos y amenaza la estabilidad de toda la región. Por ello, los 22 países miembros han tenido mucha paciencia y han esperado más de un mes a que Damasco aceptara, al menos, a los observadores. En este tiempo, los CCL denuncian que han fallecido 937 «mártires», entre ellos 60 niños, 20 niñas y 29 mujeres. El plan de paz conlleva también la retirada del Ejército de las calles y localidades sirias, la liberación de los presos políticos –que podrían ser más de 50.000– y el diálogo entre el régimen y la oposición, con la que deberían reunirse los observadores en una semana, según Al Arabi. Por su parte, el ministro de Exteriores sirio, Walid Al Mualem, dijo ayer en Damasco que éste es «el comienzo de una cooperación entre Siria y la Liga Árabe, y los observadores son bienvenidos». Mualem aseguró que éstos podrán finalmente averiguar que detrás de las protestas hay «grupos armados terroristas», tal y como sostienen desde que estalló la revuelta. Pero Damasco no ha dado la posibilidad a los medios ni observadores de ningún organismo de comprobarlo con sus propios ojos, aunque Muallem prometió ayer que se permitirá la entrada a la prensa «objetiva».
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