Año de doblete por Ignacio Villa

¿Qué quieren que les diga? Con un Madrid así, este año lo ganamos todo. El festival de juego, de seguridad y de convicción ofrecida el pasado sábado, en el Benito Villamarín, lo dice absolutamente todo. Frente al Betis, que está en un buen momento, con un juego correoso y con una rapidez electrizante, este Madrid volvió a mostrar todas sus credenciales.

Si hay que hablar de alguien, está claro que hay que hacerlo de Cristiano Ronaldo, que, de nuevo, ofreció una auténtica exhibición de juego, una manera de entender el fútbol de otro mundo; tampoco se puede dejar de citar a Higuaín –mi debilidad madridista, por ese estilo de delantero centro de siempre: robusto y sacrificado–; y, por supuesto, al dúo Alonso-Khedira, que funcionando a toda máquina son una auténtica muralla. Pero lo cierto es que la fuerza de este Madrid, más allá de los nombres, está en el equipo y quizá por ello sería una injusticia no explicitar que el sábado todos cumplieron a la perfección. Por ejemplo, ¿qué decir de Casillas? Varias paradas suyas, maravillosas y habituales, evitaron claramente una derrota del Madrid. Pero por encima del equipo, insisto en algo que no puede resultar baladí. Este Madrid compacto y seguro no sería así sin su entrenador, José Mourinho. El portugués es el artífice del funcionamiento de esta maquinaria. Sin él todo sería diferente. Con la Liga bajo el brazo, ahora llega la Liga de Campeones. El miércoles, el Madrid no puede fallar. Este año es año de doblete. Y no hay margen para el despiste.