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ANÁLISIS Faltan bibliotecas escolares

La Razón
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¿Deberían existir en España especialistas en lectura?
–No se si esta figura es la adecuada, pero lo que sí deberían ser todos los profesores es animadores a la lectura. Se han alejado de técnicas muy útiles como la lectura en voz alto y que muestra su eficacia en la vida adulta. Los grandes oradores siempre han sido lectores en viva voz.

¿El fallo está en el programa de estudios actual?
–Las lecturas oficiales que se obligan a leer son demasiado duras. Los clásicos no se leen a la edad adecuada. Los libros son como brújulas para los niños y por eso es muy importante saber escoger bien. Leer no puede convertirse en un deber, sino en algo gratificante. Las guías de lectura son poco apetecibles. Los que las conciben no se dan cuenta de que la cultura va muy rápido. A los niños de hoy, por ejemplo, ya no les gusta Harry Potter.

¿La literatura infantil ayuda a fomentar la lectura?
–Hace 30 años conseguir un libro para niños era muy difícil, pero, desde mediados de los años 80, la calidad ha mejorado mucho. Sin embargo, las editoriales no siempre consiguen dar con lo que verdaderamente interesa a los pequeños. Los cuentos son demasiado dulces y no les divierten. Ellos buscan aquello

¿Qué papel juegan los padres a la hora de conseguir que sus hijos lean?
–La imitación es una de las características de la niñez y, por lo tanto, es habitual que los grandes lectores hayan visto leer a sus progenitores. Pero, no creo que el problema sea sólo de ellos. Faltan bibliotecas escolares. Sería bueno crearlas e implicar a todo el claustro de profesores en su gestión. Tendría un surtido extenso y los préstamos se gestionarían de forma muy ágil. Si este método tiene éxito, tal vez no sería necesario contratar a especialistas.