PSOE
Huir de Bizancio
Tres eran los obstáculos que el socialismo catalán debía superar en estas elecciones: la crisis económica, la defensa del Estatut refrendado y la imagen del tripartito. Y en cada uno de ellos ha perdido un girón, conduciéndoles a perder las elecciones con el resultado más bajo de su historia.
En un país donde no dimite nadie, el Molt Honorable Montilla ha tenido una actitud acorde con su título: ha renunciado al escaño y a dirigir el PSC, a partir del próximo congreso.
Con su decisión ha abierto el proceso de renovación del discurso y del liderazgo de los socialistas catalanes. No lo hacen antes para evitar que les suceda lo que a Bizancio, que mientras discutían del sexo de los ángeles eran invadidos.
Por eso, primero abordarán las elecciones municipales de mayo y luego el congreso.
Que nadie espere un cambio de rumbo en el discurso del PSC, seguirán siendo socialistas y federalistas. Eso sí deberán formular de una forma más simple – que no significa simplona– sus alternativas a una realidad cada vez más compleja.
En lo tocante al cambio de liderazgo, sería bueno que este saliera de la cantera que tienen en mundo municipal, de entre las personas, ratificadas en las urnas, que cada día salen a la calle, hablan con la gente y conocen sus inquietudes sociales y políticas. Ese es su reto.
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