Libros
Turow: «Los tribunales son algo secundario en mis thrillers»
Con «Inocente», vuelve veinte años después a los personajes y el universo de «Presunto inocente»
«Inocente» se parece poco a esos capítulos de series judiciales donde todo acaba por aparecer atado y bien atado. Y es así porque Scott Turow, lejos de asentar sólo la capacidad adictiva que se le supone a un «thriller» en la investigación judicial, potencia las subtramas existenciales y amorosas de los personajes hasta superar, en tensión narrativa, a la principal. «No concibo la parte jurídica de un abogado como el sitio donde se puedan desarrollar los conflictos más profundos. Las salas, los tribunales son, para mí, elementos subsidiarios para resolver el conflicto, que, en este caso, es de otro tipo: un hombre que se ha dado cuenta de que ha asumido cosas terribles», nos comenta este autor que cuenta sus ventas por millones de ejemplares.
Darwin y los maduros
La confianza de tener clientela fija le ha permitido revisitar el universo que creó para «Presunto inocente» veinte años después. Esto le ha generado alguna sorpresa a si mismo, aunque ya había utilizado a los personajes principales en otros relatos como secundarios incidentales. Aunque son más las que le deparan al espectador en esta obra con múltiples puntos de vista y saltos temporales continuos, realizados con tanto mimo que no hace falta releer páginas para orientarse. Rusty Sabich, que en la anterior salió indemne de la acusación de asesinato de su amante, es acusado de nuevo, esta vez por deshacerse de su esposa. «No quiero desanimar a los lectores, pero ahora Rusty se gusta menos que hace veinte años». Para compensar, entra en escena su hijo, «que ha acabado por ser mucho más complejo de lo que había previsto». Ambos coinciden en amar a la misma persona, por supuesto de la edad del vástago: «Quiere que las mujeres le amen según sus condiciones y también que su hijo le quiera de acuerdo a sus necesidades», asegura el autor.
«Es ventajoso que los viejos tengan un aspecto diferente al de los jóvenes porque así las mujeres en edad fértil saben con quién aparearse y los mujeriegos de mi edad no pueden decir que tienen veinte años menos». Es una reflexión de Rusty, henchido de vanidad en brazos de su amante. Turow suscribe este determinismo darwiniano: «A medida que cumplimos años, uno se pregunta por qué todos mis amigos varones parece que están más gruesos por que pierden pelo y también por qué aparece vello en zonas en las que antes no había. Y uno acaba por resolver que esto debe ser importante para el funcionamiento general de las cosas».
Autopsias estándar
¿Qué aporta su faceta de abogago penalista a la de escritor de casos judiciales y al revés?:«La comprensión que un novelista tiene de sus personajes puede contribuir a entender mejor a un cliente acusado de un crimen». Sus conocimientos le dan acceso también a detalles como que en las autopsias estándar no se hacen pruebas de restos de cianuro. Aunque no con tanta frecuencia, sigue llevando algún caso: «Hay pocas cosas tan dramáticas en la vida como esperar el veredicto de un jurado y pocos modos de ayudar tanto a alguien en un mal trance como éste.
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