Hollywood
Charlene tras la estela de Grace Kelly
Grace Kelly transformó el principado de Mónaco y convenció al mundo de que los amores de película podían existir más allá de las pantallas de cine. Charlene Wittstock, sin embargo, tiene otro objetivo: dar solvencia y credibilidad al heredero de la Corona, y, de paso, intentar devolver a los Grimaldi algo de aquella ilusión perdida.
Sin duda, Charlene aún está lejos de encandilar como lo hacía la protagonista de «La ventana indiscreta», pero, a un mes de la boda, sus asesores ya han puesto en marcha una frenética agenda de actividades y en cada nueva aparición pública la prometida del príncipe Alberto afina más su estilo y su pose ante las cámaras. Si el domingo por la mañana ejercía de radiante anfitriona en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula-1 con un traje jaspeado en tonos oscuros, por la noche se dejó ver en una cena de gala con los deportistas en la que lució un diseño de brillantes en color champán. También impresionó en el desfile benéfico de Amber Lounge Fashion, el pasado viernes, donde vistió un espectacular traje negro de escote en palabra de honor. Desde que se dio a conocer, su imagen se ha ido definiendo como la de una mujer tímida y discreta, que inevitablemente capta la atención de quien la observa gracias a su melena rubia (casi siempre recogida en moño) y a su esbelta anatomía (mide 1,76 y pesa 62 kilos).
Cuatro años de espera
Ser el centro de todas las miradas no resulta fácil para una mujer que ha crecido en un mundo totalmente ajeno a la realeza. Nadadora profesional esta surafricana nacida en Zimbabwe en 1978 participó en los Juegos Olímpicos de Sidney y allí conoció al príncipe Alberto, miembro del Comité Olímpico Internacional. Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando el heredero de la Corona monaguesca se atrevió a hacer pública su relación con Wittstock. Después de que en junio de 2010 hiciesen oficial su compromiso y una vez fijada la fecha de su boda religiosa para el 2 de julio, Alberto consiguió espantar parte de las críticas sobre su demora para contraer matrimonio.
Desde entonces, las apariciones públicas de la pareja han ido creciendo. En cuanto al enlace ya se sabe que la ceremonia contará con más de 4.000 invitados –el doble de los que asistieron a la boda de Guillermo y Catalina– y, según ha declarado el propio Armani, él será el diseñador del vestido que Wittstock lucirá en el día más especial de su vida, y en el que centrará la atención del mundo entero. Mientras, Charlene se aferra a la estela de la mítica Grace Kelly con la esperanza de poder recuperar parte de su magia.
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