Joaquim Forn
Barcelona duplica las multas por venta ambulante en las playas
La Guardia Urbana impone 4.435 sanciones a «lateros» desde el 15 de junio
BARCELONA- La Guardia Urbana ha puesto un total de 4.435 sanciones a vendedores ambulantes de bebidas y alimentos en las playas de Barcelona desde el 15 de junio, una cifra que duplica a las del mismo periodo del año pasado, según avanzó ayer el primer teniente de alcalde y concejal de Seguridad y Movilidad, Joaquim Forn.
El edil atribuyó este aumento de sanciones a la venta ilegal a la creación de un grupo específico formado por 70 agentes de la Guardia Urbana, que están destinados durante todo el verano a vigilar la actividad delictiva en las playas de Barcelona. Este despliegue, denominado «Operación verano», funcionará hasta el 30 de septiembre. «Estamos muy satisfechos con este operativo», aseguró Forn.
Patrullas mixtas
Esta iniciativa coincide con la repetición del dispositivo conjunto entre Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana en el metro de Barcelona, una patrullas mixtas que se repetirán en las inminentes fiestas de Gràcia, que comenzarán el 15 de agosto. Forn señaló que del total de multas, 1.319 se han impuesto gracias a personas que avisan a los agentes de la presencia de estos vendedores ilegales.
El concejal explicó que los vendedores ambulantes han querido aprovechar las horas en las que la Guardia Urbana disminuye su actividad, lo que ha obligado a reconducir el dispositivo. Según Forn, muchos de los vendedores reinciden aunque se les detenga en más de una ocasión, pero añadió que «el trabajo policial debe perseverar porque la presión hace que finalmente abandonden su actividad».
Otro punto en el que se ha puesto el foco es en los masajes ilegales en las playas, por los que se han tramitado 892 denuncias en estas semanas de operativo, lo que ha significado multipilicar por seis las cifras de 2011.
El decano del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, Manel Domingo, que acompañó a Forn en la rueda de Prensa, recordó que este tipo de masajes «los hacen personas que no se lavan las manos entre servicio y servicio, lo que puede transmitir problemas de piel».
«Las playas no son un lugar donde se puede hacer lo que a uno le dé la gana», señaló Forn, antes de valorar positivamente la medida que permite a los chiringuitos ampliar su zona de venta hasta la orilla, lo que ha ayudado a alejar a los vendedores ambulantes.
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