Caso Marta del Castillo

ANÁLISIS: Dos juicios pueden provocar sentencias contradictorias

Samuel Benítez a la entrada del juzgado en Sevilla
Samuel Benítez a la entrada del juzgado en Sevillalarazon

-Qué diferencias hay entre tribunal popular y profesional?
–En el tribunal profesional es un juez el encargado de analizar las pruebas y dictar sentencia. En el caso del jurado popular, es un grupo no profesional el que decide si los hechos quedan probados o no.

-¿Qué tipo de casos se asignan a cada tribunal?
–Los casos de homicidio, omisión de socorro, allanamiento de morada o cohecho son asignados a jurados populares. El profesional juzga, entre otros, los delitos de violación y los que afecten a un menor de edad.

-¿Porqué ha habido tanta polémica en este punto?
–La familia de Marta del Castillo considera que un jurado popular impondría penas más acordes con el delito cometido. El Tribunal Superior de Justicia de Sevilla, siguiendo la doctrina marcada por el Tribunal Supremo, dictaminó ayer que debe ser un juicio profesional porque la intención primera de los imputados era violar a Marta –aunque luego fuera asesinada– y, por ello, el caso debe ser responsabilidad de un magistrado.

-¿En qué medida puede influir que haya dos juicios?
–Puede provocar sentencias contradictorias. Cada jurado o magistrado puede hacer interpretaciones distintas sobre un mismo hecho. Además, también los testigos pueden dar versiones diferentes de lo ocurrido.

-¿Cómo es posible que los imputados hayan mentido y ahora decidan no declarar?
–La legislación española es bien clara. Cualquier implicado en un proceso penal puede negarse a declarar. En el juicio por la violación y asesinato de Marta del Castillo, los imputados mayores de edad se han negado a declarar y la legislación les avala porque están imputados en el mismo caso aunque sea en juicios diferentes. Además, no existe ninguna figura que imponga sanciones por mentir. En cambio, sí se puede imputar un delito de falso testimonio a los testigos que falten a la verdad durante el juicio.

-Han pasado dos años desde la desaparición de Marta y se sigue sin saber lo que ocurrió. ¿Existe alguna fórmula legal para obligarlos a decir la verdad?
–La única manera de saber lo que realmente pasó es a través del testimonio de los testigos e imputados en el juicio.

-¿Debe modificarse la Ley del Menor?
–El debate está abierto. «El Cuco» tenía 14 años cuando se cometió el crimen y sólo puede ser condenado a seis años de prisión y a dos de libertad vigilada. Para los mayores de 16, la pena asciende a ocho años y tres de libertad vigilada. Las penas no son demasiado largas porque el objetivo primordial de la norma es la reinserción. Sin embargo, algunos juristas defienden que los menores implicados en delitos como violación u homicidio deben ser procesados como adultos. Otra de las tesis es rebajar la edad y que la Ley del Menor afecte a los jóvenes de 12 a 16 años y que los mayores sean procesados como adultos, con atenuantes en función de la edad que tenían cuando se cometió el delito. Una tercera opción serían las condenas revisables en función de la evolución del menor.

-Todavía no se ha encontrado el cadáver de Marta. ¿Puede influir en el resultado del juicio?
–El cadáver podría aportar nuevas pruebas sobre lo que ocurrió la noche del 24 de enero de 2008 –muestras biológicas, signos de violencia, causa de la muerte, evidencias de violación...–, pero no influye en el proceso judicial porque el testimonio de los implicados es suficiente para su enjuiciamiento.