Internacional
El teatro del PCC por Antonio GUEDES
El general-presidente Raúl Castro en su discurso ante el Congreso del Partido Único cubano dice entre otras cosas: «Lo que aprobemos en este Congreso no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido». «El extendido hábito del ‘‘reunionismo'' o, lo que es lo mismo, el exceso de reuniones, chequeos y otras actividades colectivas, frecuentemente presididas por un nivel superior y con la asistencia improductiva de numerosos participantes». «Resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales».
Al cabo de más de cincuenta años de dictadura comunista de partido único, después de décadas de mano férrea de su hermano Fidel y del propio Rául, ¿ quiénes son los máximos responsables de esos incumplimientos y del «reunionismo»? ¿Quiénes han estado en el poder totalitario durante varios lustros y aún continúan?
En otro momento de su discurso el general-dictador expresa los posibles cambios económicos: «Se encuentran en fase avanzada las normativas jurídicas asociadas a la compraventa de viviendas y de automóviles...; ampliar los límites de tierra ociosa a entregar en usufructo a aquellos productores agropecuarios con resultados destacados, así como el otorgamiento de créditos a los trabajadores por cuenta propia y a la población en general».
El régimen cubano, y especialmente los Castro, es el culpable de más de media centuria de empobrecimiento (Cuba en los índices de alimentación, transporte, agua potable, vivienda, electricidad y comunicación, etcétera, se ha deteriorado). La nación era, en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, un país receptor de ciudadanos del mundo. A partir de 1959 los cubanos se marchan, cuando les dejan, por todos los medios posibles.
Las medidas económicas enunciadas son a medias, pocas, tardías y con el objetivo de tratar de mantener la economía improductiva y burocrática del sistema cubano. En el plano de los derechos humanos y en el político, sin hacer concesiones.
En definitiva, el teatro de hacer creer que las cosas cambian, para mantener el socialismo cubano sin subsidio y un capitalismo sin mercado, es decir, mantenerse en el poder.
Antonio Guedes es vicepresidente de la Unión Liberal Cubana
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