Literatura
A los rusos se les acaba el cuento
De todos es sabido que los grupúsculos literarios o las generaciones que militan en una tendencia concreta salen favorecidos a efectos de promoción y visibilidad.
Además, el hecho de ser joven confiere al fenómeno un halo extra de atractivo. Pues bien, aquí tenemos una recopilación de textos de un treintañero y de cinco veinteañeros rusos amparados bajo un premio llamado Debut cuyo «objetivo es presentar la literatura rusa al público internacional», según Olga Slávnikova, directora del galardón, surgido en 2000 y ya convertido en el trampolín de toda una generación. Nacidos entre los años 1983-1986 (menos un «veterano» de 1976, Alekséi Lukiánov), estos seis autores, como dice el responsable de la selección, Ricardo San Vicente, «con sus obras ofrecen un cuadro bastante representativo de la realidad literaria rusa actual». No puede ser de otra manera en una Rusia postsoviética en la que no sólo Moscú centra la atención. De hecho, el lector se encontrará únicamente con dos escritores moscovitas, que contrastan con aquellos que recrean ámbitos muy diferentes, como Gula Jiráchev, que testimonia la cultura islámica de la república autónoma de Daguestán.
San Vicente destaca la práctica de la ciencia-ficción (el citado Lukiánov, de carácter humorístico), la sensibilidad de las mujeres (Olga Onóiko y Polina Kliúkina) y el género de viajes por carretera (que representa Ígor Savéliev). A Puchkov, sin embargo, no lo define nada en particular, salvo el contenido de su cuento, «Azúcar en la sangre», sobre un enfermo de diabetes. A mi juicio, se trata del más talentoso de los seis, el que mejor equilibra fuerza narrativa y vanguardismo estilístico. Salvo en esta ocasión, uno se queda frío ante estos cuentos y se pregunta si estará justificada tal iniciativa. El tiempo y otras traducciones tendrán la respuesta.
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