La Copa de Van der Vaart

Ciudad del Cabo- La Copa no se toca. Lo dicen los clásicos, supersticiosos o no. No hay que tocar el trofeo antes de disputar la final. Aunque sea de mentira. Pero Rafael van der Vaart fue a celebrar con sus aficionados la clasificación para la final junto a Elia. Saltaron la valla y sus hinchas le pusieron una réplica de la Copa del Mundo en las manos. Él la agarró con una sonrisa, desafiando a la superstición.Los holandeses estaban felices por alcanzar su tercera final 32 años después de la última, en la que perdieron contra Argentina. Igual que en la anterior contra Alemania. Ahora ya sabe que no tendrá enfrente al equipo anfitrión, como en las otras dos. Si acaso, el equipo anfitrión son ellos, que tienen el apoyo de su público y de muchos de los aficionado locales.«Lo más importante era ganar. Ahora estamos muy cerca del título. No hay nada más grande que la Copa del Mundo. Es enorme, fantástico», reconoce el ex jugador del Real Madrid. «He jugado y ganado la final de la Liga de Campeones con el Inter esta temporada. He dicho a mis compañeros que saboreen este momento», asegura el centrocampista holandés. Sneijder marcó un gol de cabeza contra Brasil. Ayer le tocó a Robben. Un gesto extraño para el extremo zurdo.«Pensábamos que iba a ir bien. Es un grupo genial. Ahora nos queda un partido y ya está. He perdido recientemente una gran final. Y eso no me va a pasar otra vez. España y Alemania son dos países de fútbol formidables. Si es Alemania, me gustaría ganarle diez veces más que si fuera contra España. Porque si no, no osaría volver al Bayern la próxima temporada», comentó Robben.Uruguay no pudo contar con Forlán en los últimos minutos. El delantero del Atlético marcó el gol del empate, pero sentía un dolor en el muslo derecho que le impedía rendir con normalidad y fue sustituido en los últimos minutos. «Sentí impotencia por no estar bien para ayudar», dijo el capitán uruguayo. «Espero que no me impida jugar el sábado», en el tercer y cuarto puesto.