Danza
La CND en puntas de nuevo
La compañía estrena una división dedicada al clásico
El prometido «para todos los públicos» llega a la Compañía Nacional de Danza. Se comprometió hace un año, cuando tomó posesión del cargo de director, a devolver el ballet a la CND (de la que salió con la dirección de Nacho Duato), y, ayer, José Carlos Martínez anunció la puesta de largo de la CND Clásica con una pieza de Balanchine, «Who Cares», el próximo 14 de marzo en el Teatro Real. Lo que podría haber sido una programación más de la compañía adquirió una trascendencia extraordinaria; aunque Martínez insistió en que no se ha producido división alguna, parece que la creación de una nueva marca viene a calmar los ánimos de aquellos que comenzaban a impacientarse por ver puntas y tutús. «Quiero conjugar clasicismo y vanguardia. Es una evidencia que hay un público que quiere ver clásico», aseguró Martínez, acompañado del director general del Instituto Nacional de Artes Escénicas (Inaem), Miguel Ángel Recio, lo que aumentó el ya de por sí carácter institucional del anuncio. A la pieza de Balanchine se unirá en el Real la de José Carlos Martínez «Sonatas», con música de Padre Soler, y «Tres preludios», de Ben Stevenson, con música de Rachmaninoff.
De Forsythe a Petipa
El retorno del hijo pródigo no va a ser, sin embargo, todo lo fastuoso que cabría esperar; los grandes montajes tendrán que esperar. «Para hacer "El lago de los cisnes"hace falta que el cuerpo de baile tenga el nivel necesario, y eso no se consigue en seis meses», respondió Martínez a si la programación de obras más sencillas estaba relacionada con un presupuesto insuficiente. También quiso desmontar el mito de que el montaje del clásico es más caro que el contemporáneo. «Es bastante realtivo. En la actualidad se puede optar por fórmulas como la coproducción o el alquiler», añadió Martínez, quien como bailarín estrella de la Ópera de París combinó clásico y contemporáneo. En esta nueva etapa de la Compañía Nacional de Danza participarán 17 nuevos bailarines procedentes de una audición pensada para reemplazar diversas salidas anteriores, y en la que se ha valorado la versatilidad: «No se van a variar los bailarines para según qué espectáculo. Aspiro a que, aunque sus cortes sean distintos, todos puedan bailar de todo», añadió el director. De hecho, la CND subirá de nuevo a las tablas del Real para en abril del año próximo representar la versión contemporánea de Goyo Montero del clásico «Romeo y Julieta».
Sobre la posibilidad de traer a la Compañía a los muchos bailarines clásicos que salieron de España para bailar en otras compañías (Lucía Lacarra, Tamara Rojo, Joaquín de Luz e Igor Yebra, entre otros), el director reconoció que está en contacto con ellos pero que «a veces es complicado encajar las agendas y también es necesario contar con un repertorio que les apetezca representar», comentó. Con ellos o no, José Carlos Martínez tiene cuatro años por delante como director para hacer una transformación que él materializó en tres coreógrafos: «Primero fue Forsythe, después Balanchine y más adelante vendrá Petipa».
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