España

OPINIÓN: Un vendaval de aire fresco

No ha podido ser más oportuna y necesaria la celebración de la JMJ en Madrid presidida por Benedicto XVI. Digo oportuna y necesaria, porque la Iglesia en España y la misma España necesitaban un balón de oxígeno como el que ha significado este encuentro. Estamos padeciendo las consecuencias de una crisis financiera de carácter global con pocos precedentes en cuanto a su agudeza y consecuencias.

La Razón
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Sin duda, porque España no ha hecho los deberes ni a tiempo ni en forma. Pero en todo caso esa crisis está golpeando durísimamente a la sociedad española y muy particularmente a los jóvenes. Un 45% de jóvenes menores de 25 años, queriendo trabajar y no pudiendo hacerlo, genera un clima social insostenible. Si añadimos la tasa de fracaso escolar, la combinación resulta letal para nuestro presente y nuestro futuro. Además, se superpone a una crisis de valores que está en el origen de muchos de los fenómenos de conflicto e incluso de violencia de las últimas semanas. Así las cosas, viene el Papa acompañado de jóvenes de todo el mundo y les dice a ellos, y a todos, que nada ni nadie nos haga perder la paz, que hay motivos para la esperanza y que esa esperanza tiene un nombre: Jesucristo. El testimonio de estos jóvenes a España y al mundo de serenidad, de armonía y de paz es todo un proyecto de futuro y un programa de Gobierno.