Fallos de comunicación

El fallo en la comunicación se ha convertido en el eufemismo de la modernidad. En la nueva sociedad multimedia, instantánea e invadida de información, el error comunicativo es el único de los pecados capitales que suele admitirse. Si una pareja enfila ante los tribunales el proceso de divorcio, es que había un problema de comunicación entre ambos. Si un alumno llena la mochila de cates, es que hay algún problema de comunicación con el profesor que impide el despegue del brillante pupilo.
En la política pasa lo mismo. O pasa más que en ninguna otra parcela. Zapatero ha querido barnizar su profunda remodelación de Gobierno con un giro comunicativo. «Si la política no se explica, no funciona», ha dicho Rubalcaba. Griñán, cuando cambió el Ejecutivo autonómico en marzo de este año tras hacerse con las riendas del partido, apuntó en la misma dirección. Quitó a Manuel Pérez Yruela de la Portavocía, se la pasó a Mar Moreno y reconoció –él y el «número dos» del PSOE-A– que el Gobierno andaluz tenía algunas salidas de agua en el terreno comunicativo. El PP no se libra de este socorrido argumentario. Y el mismo Arenas ha reconocido más de una vez que la comunicación es una de las principales asignaturas pendientes.
Pues ni el problema de Zapatero ni el de Griñán es fundamentalmente de comunicación. Eso es una mentira con mayúsculas. El problema es de gestión. Lo que pasa es que tácticamente es más oportuno decir que se hacen las cosas bien y se explican mal a decir que falla la planificación, las medidas puestas en marcha, los objetivos propuestos. Esto último es principalmente lo que está pasando en estos momentos a nivel nacional y autonómico.
Si algo hacen hoy bien los partidos y los gobiernos es comunicar. En este apartado han volcado toda su empeño. Se han convertido, de hecho, en unas macro agencias especializada en vestir mensajes y servirlos a la opinión pública. ¿Cómo no va a comunicar bien un Gobierno como el andaluz que en los años de bonanza económica gastaba más de seis millones de euros mensuales en campañas de autobombo?