Neuenschwander moverá su ficha el jueves en el PAC

El próximo jueves la artista brasileña Rivane Neuenschwander moverá ficha en el Dominó Caníbal del Proyecto de Arte Contemporáneo que acoge la sala Verónicas de Murcia. Para ello se ha apropiado de los recintos representados en los retablos de exvotos populares latinoamericanos —las pinturas con las que los fieles dan testimonio de la interrupción del orden profano por el milagro, la irrupción de lo extraordinario— y los ha transformado en ambientes abstractos. Retirando de esas imágenes la anécdota, las figuras y los objetos, los convierte en murales geométricos extendidos sobre el espacio del espectador.
 
En los años recientes Neuenschwander ha interrogado con frecuencia el terreno del accidente y la incertidumbre, en su tensión con las prácticas culturales que aspiran a administrar o vehicular la suerte, el deseo y la creencia. Ese interés carece de cualquier pretensión de mistificación espiritual o trascendente: es una exploración y transformación de los medios de comunicación que encierra la ritualidad popular en su operatividad entre los individuos y comunidades. Uno de los temas de ese estudio es la forma en que el milagro tiene una centralidad en la visualidad católica producto de la colonización luso-española del Nuevo Mundo.
 
Sus proyectos, vídeos e instalaciones operan de modo efectivo, o sensible, como una activación de modalidades de acción, creencia y participación propiamente sociales, en obras que combinan la literalidad con la sorpresa. Al convocar al público a ofrendar sus deseos para producir instalaciones de listones votivos (I Wish your Wish, 2003), inducir hormigas a escenificar un carnaval acarreando a su nido confeti en lugar de hojas (Quarta-Feira de Cinzas/Epilogue, 2006, en colaboración con Cao Guimarães), y al infundir rigor formal a sustancias y procesos naturales, Neuenschwander hace aparecer la noción de un arte que involucra una "conciencia participante"que perfora las distinciones entre conocimiento conceptual y experiencia sensible. De ahí que Neuenschwander no establezca una identidad creativa, estilística o metodológica, sino una trayectoria omnívora.