Castilla y León
OPINIÓN: A Daniel de la Rosa
Joven concejal en el ayuntamiento de Burgos, las elecciones te han dejado fuera del consistorio. Eres uno más de los perdedores en la vida y no de aquellos que no han ganado ninguna batalla sino de los que, después de ganar alguna, la han perdido.
Uno se resigna a ser perdedor pero no a perder. En la aceptación de la derrota no hay resignación pero no todos manifiestan, en la derrota, semejante nobleza.
Por eso leer esta nobleza entre las líneas de la entrevista que la prensa de dedica ha reanimado mi esperanza. Las personas de tu edad -tienes treinta años- son conservadoras porque han padecido pocas derrotas en la vida. Tienen mucho que perder porque no han perdido nada todavía, y lo saben.
Acaban de salir a la calle pero, ¿tendrán la fuerza moral de seguir en ella?, ¿tendrán, sobre todo, la capacidad de convocar a muchos otros que, a su misma edad, no sienten el menor interés por nada más allá de su propia piel?
Tú, en cambio, has elegido el duro y espinoso sendero de la militancia política y has demostrado temple en la derrota de las urnas porque la ambición no te ha privado de lo que adolecen todos los triunfadores cuando se han acostumbrado a triunfar: la humildad de la espera, que, si no nos falta en el éxito, nos acompañará en el fracaso.
Yo no estoy muy seguro de que, a estas alturas, estimado amigo, el partido en el que militas sea «el partido de los humildes», como tú declaras. De lo que sí estoy persuadido, en cambio, es de que, contigo, puede serlo.
Porque no es el pasado, sin más, el que engrandece las instituciones. Es el presente el que acredita la actualidad de su pasado.
Y tú eres, estimado Daniel, presente con mucho futuro en tu partido.
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