Marbella

Banderas da hoy en Marbella «la fiesta»

 
 larazon

Colea, y lo que queda, la «espantá» general del famoseo ante Julio Iglesias. No todo son excusas veraniegas porque Marily Coll le seguía por España y no le importaban los kilómetros para jalearlo igual que Cary Lapique o la extinta Carmen Ordóñez. Ausencias menos imperdonables, aunque lógicas, fueron las de Alfredo Fraile, el Tontxo Navas que lo atendió leal durante treinta años, o Joaquín Domingo Martorell, liberador del doctor Iglesias. A todos les pagó Julio con ingratitud pero cicatrizaron esas heridas desleales relegantes en el concierto del Gran Casino de Aranjuez que exteriormente parece un granero o almacén, nada que ver con los alardes o filigranas arquitectónicas de Las Vegas y ya no digamos del NG coruñés de los jardines Méndez Núñez.

Hoy es la gran cita estival, aunque Ibiza sigue desbancando a Marbella como centro generador de caras y noticias. Mientras David Meca saldrá de la isla blanca para cubrir a nado los siete kilómetros que la separan del Tagomago, donde Norma Duval se arrulla con Mathias, la capital costasoleña extiende la alfombra roja. Será el fiestón del verano: lo organizan Banderas y Eva Longoria y tiene una presidencia excepcional donde destacan Margarita Vargas, duquesa de Anjou, Patricia Olmedilla, duquesa de Terranova, la embarazada Alejandra Prat, Olivia Valère, Cristina Valle-Taberner o la ya desarraigada de allí Nina Junot, algo aplicable a Paloma Cuevas. Componen lo que llamaría nuevo equipo para relanzar Marbella con cita en el Villa Padierna de la sugestiva Alicia y Ricardo. Eugenia Silva no sólo presta nombre internacional al pairo de Banderas y Longoria, mientras Joanna Dogmoch y Ahmed Ashmawi son reliquias de tiempos mejores.

Si el año pasado ofrecieron la posible presencia de Michelle Obama como cebo receptor, esta noche nos tientan con una tómbola en la que regalan desde seis días en la casa menorquina de Eugenia Silva (!) a un partido de golf mano a mano con Cruyff, asistir a la apertura del Festival de Cannes y pisar su alfombra roja, o dos entradas platino para los Grammy e incluso ver el rodaje de «Mujeres desesperadas», respaldados por Longoria. Atractivos para paletos o mitómanos muy al aire «bollywoodiense». O más bien tejano, para ser justos y reponer las cosas en su sitio. No creo que nadie pague los 1.000 euros que cuesta concurrir esta noche y pierda el sueño o se agite más por acompañar al Barça en uno de sus desplazamientos españoles. Aunque hay para todos.