La máscara de Bildu

El Tribunal Supremo y el Constitucional están en franco desacuerdo sobre la vinculación o no de Bildu con ETA y es que, depende a quien se escuche, la coalición abertzale es el alter ego de la banda terrorista o es una formación política empeñada en reconducirla por el buen camino, lejos de pistolas y bombas. Esto sucede cuando habla el secretario de Eusko Alkartasuna. En cambio, no hay duda de que Bildu comparte la actividad terrorista al oír a Matín Garitano, cabeza visible de los «independientes», decir: «A los autores del atentado de la T4 los queremos y punto».

Asimismo, resulta difícil creer que los pistoleros van a dejar su actividad cuando la Policía detiene a uno de ellos en un tren entre Francia y España y lleva material más que suficiente para hacer saltar por los aires el Duomo, la ópera de Milán, la galería Verdi y media ciudad italiana.
Así pues, las últimas noticias no hacen más que aumentar el escepticismo en torno a qué sucede en ese mundo, pese a las esperanzas gubernamentales vertidas sobre un posible rápido final del terrorismo.

Dirán que se detiene a más terroristas de ETA que nunca, que están muy debilitados, pero silencian que hay 300 o 400 jóvenes huidos, procedentes de la violencia callejera o «kale borroka», cuyo paradero e intenciones se desconocen. El arrestado ayer es uno de ellos. El futuro está en el aire, pero parece factible que otra vez vuelvan a las andadas, porque estos últimos son más y peores.