Egipto

ANÁLISIS: El agudo exégeta del Evangelio por Luis Antequera

La Razón
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Cuando Benedicto XVI escribe «La infancia de Jesús» entra de lleno en lo que se da en llamar los Evangelios de la infancia, a saber, los preludios que en su Evangelio incluyen dos de los cuatro evangelistas y sólo dos, Mateo y Lucas, refiriendo los antecedentes familiares, el nacimiento y la infancia de Jesús. El relato de Mateo, muy sucinto (apenas 1.000 palabras) recoge una genealogía de Jesús, la concepción virginal de María, la adoración de los magos, la huida a Egipto, la matanza de los inocentes y el regreso a Nazaret. El de Lucas, más largo (3.000 palabras) y más descriptivo, incluye un detallado relato del nacimiento del Bautista; una vívida descripción de la Anunciación; la visita a Isabel; el nacimiento de Jesús; su circuncisión; la purificación de María con la presentación del niño en el Templo; las profecías de Simeón y de Ana; el extravío del niño en el Templo; otro árbol genealógico que remonta más allá que el de Mateo y llega hasta Adán; y sobre todo, esos dos datos cruciales para situar a Jesús en coordenadas históricas, cuando hablando de su bautismo de manos de Juan nos dice que ocurre «en el año quince del Imperio de Tiberio» (Lc. 3, 1) y que «tenía Jesús unos treinta años» (Lc. 3, 23). Con estos datos, escribe el Papa un libro que dará que hablar y en el que se muestra una vez más como el agudo exégeta que es del Evangelio.

 

Luis Antequera
Autor del libro «El cristianismo desvelado»