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Cultura profesional por Jesús Fonseca

La Razón
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B ien está reformar para avanzar. Bien que se ajusten las cuentas y se controle el déficit. Pero lo que más necesita España es cultura profesional. Algo que pasa por que empleador y empleado entiendan que tienen intereses compartidos y que todos saldremos ganando si somos capaces de remar juntos. Ser flexibles y adaptarse a la demanda es necesario, pero también lo es la innovación constante. La reforma más ambiciosa que sigue necesitando España es que todos entendamos que hay que hacer bien los oficios. Cada uno el suyo. Con diligencia y competitividad. Empresarios y trabajadores hacen falta. Sin su dedicación y esfuerzo, el apoyo de la administración sería un sinsentido. No se trata de disminuir sueldos para salvar puestos de trabajo, sino de crearlos. Si las reformas no crean empleo, servirán de poco. Para ese viaje no necesitábamos alforjas. Por mucha energía que se ponga para hacer frente al paro no será suficiente mientras no sentemos las bases de una nueva cultura profesional en nuestro país y nos acerquemos así a la mayoría de países de nuestro entorno, con los que tenemos que competir. Y, ¿cómo se hace eso? Pues convenciendo a los empresarios, por poner un ejemplo, para que asuman como la mejor inversión la financiación de las prácticas estudiantiles o que entiendan los que han perdido el empleo que, estar en el paro, no impide formarse. Tenemos que hacer nuestra la cultura del esfuerzo. Entender que enseñanza y empresa van unidas. Un matrimonio indispensable para dar coherencia, estabilidad y sentido al trabajo. Sin una aproximación del mundo laboral a la realidad social no habrá nada que hacer. Todo esto sin olvidarse de que garantizar los derechos y supervivencia de los que se han quedado sin empleo debe ser una prioridad.