Ana Obregón revivirá su posado veraniego por Jesús MARIÑAS

Será una «recherche» del tiempo vivido. Ana García Obregón está dispuesta a ser nuevamente cartel estival como antaño. Porque el añejo verano español tenía hitos: la llegada de Isabel Preysler a «La luna» de Marbella, lo que hacían Norma Duval y Marc Ostarcevic en Alcudia con piano y niños engominados... Los vestían de punta en blanco, en lugar del aire playero de las Infantas en la reciente escapada con Doña Letizia al Algarve portugués. Como si aquí no tuviésemos playas. Qué no sabrá ella, antigua veraneante de Ribadesella. Todo sea por los amigos y el imposible anonimato. Las fotos reflejan cierta inquietud de la Princesa de Asturias que no se desprende de la camiseta, siempre ojo avizor, por si acaso la pillan.Los momentos culminantes de los calores y arenales patrios se completaban con la cita de Ana Obregón. Llamaba ella personalmente y con su posado relanzaba la Costa de los Pinos, hasta la que llegábamos en auténtica excursión. Nadie faltaba a ese atardecer donde ella emergía del mar como una sirena en bikinis mínimos del entonces pujante Versace.Pero Ana no se resigna al claroscuro, sobre todo porque no hay ofertas televisivas tras sus últimos fracasos. Insiste en que prontó hará una serie en Miami y así presume desde hace cuatro años. De momento, se conforma con lo que hay. Si los del régimen de adelgazamiento «4.3.2.1» son certeros en la elección de sus embajadoras –las más reciente, Chayo Mohedano y Pastora Vega–, ahora le toca a la ex de Lecquio. Pero la Obregón no publicitará cómo perder kilos. A ella la han elegido como poseedora del «mejor bronceado del año», una distinción que en tiempos mejores podrían haber merecido Mari Ángeles Gil, Mayte Zaldívar y Mae Dominguín, un récord que actualmente ostenta Begoña Trapote. Su hermana Mar, actual pareja de Felipe González, ve resucitar fantasmas del pasado que parecían superados tras la muerte de García Cereceda, al que durante muchos años sirvió eficazmente y dicen que con amor. Pero eso son sólo recuerdos. El presente es Anita la Fantástica. Ibiza la espera. Aunque el posado estaba previsto para este miércoles, las lluvias amenazaban con empañarlo y se ha retrasado el «show» unos días más. Será entonces cuando se pueda constatar y contrastar cuánto varió su físico ebúrneo pero delgadísimo, en el que los más sobresaliente son los rehinchados «baloons». Se acerca el momento de la verdad. Qué manera de exponerse sin necesitarlo. Maldita vanidad.